Es muy importante que lo
sepan todos. El pecador se siente muy solo, terriblemente lejos de Dios y de
los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde vive una persona muy querida,
muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre. También en el pecado sigue siendo
nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos, cuando Ella sabe que la
necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el último instante. No
desesperes, mientras exista María.
Un recado urgente, un
S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza: Mientras exista María
Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón para todos los pecados.
De todos los títulos hermosos que tiene María, este es el más querido y más
aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza frecuentemente el
rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una petición miles de
veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto tendrá que ver con
nuestra salvación eterna.
Todos conocemos aquella
bella reflexión: “Yo les cierro la puerta...pero tu Madre les abre la ventana”.
Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María. La Virgen María, la Immaculada,
la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar las llagas purulentas de sus
hijos enfermos.
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