PÁGINA PRINCIPAL

sábado, 29 de junio de 2019

SAN PEDRO Y SAN PABLO, APOSTOLES




La solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense. En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.

El origen de la fiesta San Pedro y San Pablo son apóstoles, testigos de Jesús que dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo.

La fiesta de los apóstoles procede de la Iglesia aún indivisa y debe celebrarse con un gran sentido ecuménico.

Esta fiesta es pues antigua y universal, no sólo en Roma, sino en todo el mundo cristiano.

Ciertamente, la Iglesia celebró esta fiesta antes de la Navidad del Señor.

Realmente es un tesoro teológico y litúrgico en todos los ritos.

La liturgia de los apóstoles se revela festiva y, al mismo tiempo, se reviste de una cierta gravedad y ponderación.

El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.



No hay comentarios:

Publicar un comentario