Título original: The
Professor and the Madman
País: Estados Unidos
Director: Farhad Safinia
(firmando como P.B. Sherman)
Guión: John Boorman, Todd
Komarnicki, Farhad Safinia (basado en el libro de Simon Winchester)
Música: Bear McCreary
Género: Biografía / Drama
Duración: 124 min.
Reparto: Mel Gibson, Sean
Penn, Natalie Dormer, Eddie Marsan, Ioan Gruffudd, Jeremy Irvine, Brendan
Patricks, Steve Coogan, Jennifer Ehle, Stephen Dillane
CRONICA
No es habitual encontrarnos
con una película en la que el valor central lo ocupan las palabras, sus
significados, su mantenimiento, el poder de la lectura y de la escritura, sin
olvidarnos de la relación que éstas mantienen en la trama con la culpa y el perdón.
En una escena de The
Professor and the Madman (es decir, “El profesor y el loco”, que en algunos
países han titulado Entre la razón y la locura), el personaje interpretado por
Sean Penn, al que encierran en un hospital psiquiátrico tras matar a un hombre
por error, dice lo siguiente: Puedo salir de este lugar volando en el reverso
de los libros. Cuando leo… nadie me persigue. Cuando leo, soy yo el que está
persiguiendo. Persiguiendo a Dios. Y lo dice en el buen sentido, como fórmula
para abrirse a las preguntas, a las búsquedas, a la libertad mental y
espiritual.
The Professor and the
Madman es la historia de dos hombres unidos por la palabra, obsesionados por la
protección del lenguaje y la riqueza del idioma. Por un lado, tenemos a James
Murray (Mel Gibson), filólogo y lexicógrafo autodidacta que se obstina en una
tarea descomunal, que a muchos les parece imposible: reunir todas las palabras
conocidas del inglés en el Oxford English Dictionary, no sólo con sus
significados, sino con citas literarias que las avalen y con notas acerca de su
uso a través de los siglos. La tarea es tan ingente que piden ayuda a los
ciudadanos: que lean libros y que recojan las citas de las palabras requeridas
y las envíen al domicilio de Murray.
Las peticiones de ayuda se
introducen en los libros a la venta en las librerías y una de ellas llega a
manos de William Chester Minor (Sean Penn), un doctor que arrastra algunos
trastornos psíquicos y que permanece en un sanatorio acusado de locura. Cuando
consigue que acarreen su biblioteca particular a la celda, y le sigan
proporcionando libros, se convierte en el voluntario más trabajador y efectivo
del Diccionario.
Su contribución es tan
vasta, tan exhaustiva, que el propio Murray va a visitarlo y consolidan su
amistad, cuyos pilares los puso la correspondencia entre ambos. Murray llega a
considerar que se trata de un salvador enviado por Dios, dado que él y su
equipo encontraban numerosas dificultades para cumplir los plazos de tiempo.
Paralelamente a la amistad
y al trabajo de esos dos hombres, tenemos a dos mujeres, cuyos papeles no son
menos importantes. Ada (Jennifer Ehle) es la esposa de Murray, la que le
mantendrá en su sitio para que no olvide que su papel fundamental es ser un
miembro de la familia, y la que le defenderá ante sus superiores cuando las
cosas se pongan feas.

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