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domingo, 22 de diciembre de 2024

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

 Domingo de la visita de María a Isabel

 

El IV Domingo de Adviento es casi   una fiesta mariana.

En el ciclo C se proclama el Evangelio de la Visitación.

El día de Navidad podremos  cantar verdaderamente: "Bendita tú entre     las mujeres y bendito el fruto de tu vientre".

María es felicitada con toda la fe del      Antiguo y del  Nuevo Testamento.

Ella es     el Arca de la Divina Presencia, verdaderamente es el Arca de la Nueva Alianza.

Es el encuentro de las dos alianzas, personificadas en ambas   mujeres, una joven y otra anciana, pero las dos fecundas por la gracia del Espíritu.

Este mismo Espíritu hace presentir la venida    del Señor e incluso el niño que ha de nacer profetiza desde el seno materno.

También el mismo Espíritu convierte el gozo del encuentro en alabanza.

La carta a los Hebreos, en la segunda lectura, expresa una profunda meditación  teológica sobre la Encarnación: "Hemos sido santificados por la oblación del cuerpo  de Jesucristo, hecha una vez para siempre", en la Cruz y en la gracia eucarística.

Con el Salmo 79, "Qui pascis Israel", típico de la Liturgia de Adviento, cantamos: "Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve".

Es la luz que contemplaremos  en el rostro Niño Jesús.

La oración para  después de la comunión expresa que  el pueblo cristiano "sienta el deseo de celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo al acercarse la fiesta de Navidad".

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