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domingo, 19 de enero de 2025

LA BODA DE CAÑÁ

 El II Domingo del Tiempo ordinario  participa en los tres ciclos del resplandor de la Epifanía.

Idealmente con     las Bodas de Caná, en el Ciclo C, el texto evangélico se corresponde al substrato más originario de la celebración de la      Epifanía, que conmemoraba en la misma solemnidad los tres acontecimientos, "tria       miracula".

Las primeras manifestaciones de Jesús revelan su gloria como Mesías.

Las antífonas de entrada y de comunión   evocan todavía el misterio de la manifestación del Señor.

Es característico que los Evangelios, en los tres ciclos, pertenezcan al IV Evangelio: "el Evangelio de los    signos y de la gloria”.

 

Misa: Is 62, 1-5; Sal 95, 1-2a. 2 b-3. 7- 8 a. 9-10a y c; 1 Cor 12, 4-11; Jn 2, 1-11

 

Domingo de las bodas de Caná.

Jesús manifiesta su gloria en el banquete de las bodas de Caná.

Se cumple     la profecía del cántico del II Isaías, que   escuchamos en la primera lectura: "La     alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará  tu Dios contigo".

Cristo  es el Esposo que celebra el banquete de  boda con la humanidad y le da el vino      mejor, el don del Espíritu Santo.

En esta  boda, la Iglesia, en la persona de María, se convertirá en mediadora.

Jesús se manifiesta como el Esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y comienza una alianza nueva de   amor.

El Evangelio anuncia ya la hora de  Jesús, el momento supremo en que el Hijo nos dará el Espíritu Santo y con él todos los dones.

María, la Iglesia, estará  presente en esa hora.

El Salmo 95 confirma que la Liturgia del Domingo es eco   todavía de la Epifanía: "Contad a todos los  pueblos las maravillas del Señor".

 

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