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sábado, 8 de abril de 2017

ESCUCHAMOS A JESUS




                Hace unos domingos en el Evangelio oíamos al Padre que decía a los discípulos “ESCUCHADLO” y estos aterrados,  al experimentar la cercanía de Jesús, que los toca y les dice: “levantaos, No tengáis miedo”, vuelven a confiar en Jesús, a sentirse seguros a su lado.

                Porque Jesús sabe que necesitan sentirlo cercano.  Siempre que escuchamos a Jesús en el silencio de nuestro ser, sus primeras palabras nos van a decir: “levántate, no tengas miedo”.

                 Todos tenemos la experiencia de que muchas personas, más de las que nos gustaría, solo conocen a Jesús de oídas. Su nombre les suena, les es familiar pero lo que saben de él se queda en los recuerdos y experiencias de la infancia. Como vulgarmente se dice, se quedaron en la vida adulta con el traje de la Primera Comunión y con esa “apariencia ridícula” a sus taitantos años, siguen funcionado por la vida. Incluso, aunque se llamen cristianos, pueden vivir sin escuchar en su interior la voz de Jesús- Y sin esta experiencia, ¿Cómo vamos a conocer y gozar de la paz que solo él nos puede dar?  ¿Cómo vamos a sentir su fuerza que nos sostiene y empuja en nuestra vida diaria?.

                 Cuando nos paramos a escuchar en silencio a Jesús en nuestro interior, en nuestra conciencia, escuchamos siempre algo parecido a esto:

“No tengas miedo y déjate con sencillez en las manos de Dios. Tu poca fe basta. Tranquilo. Si me escuchas y estás a mi lado, verás que el amor de Dios no se cansa de perdonarte. Si esto lo tienes claro, tu vida cambiará y sabrás lo que es la paz en tu corazón”.

                Jesús está siempre llamando a la puerta de cristianos y no cristianos, de todos. En nuestras manos está abrirle la puerta o darle con ella en las narices.  Pero  ¿Crees que es lo mismo vivir con Jesús que sin él?

                Este tiempo de Cuaresma, tiempo intenso de oración y de preparación, tiempo de conversión, también nos invita a mantener la esperanza y la consciencia de que caminamos hacia la Pascua de Resurrección.



                Pero esto no lo vamos a hacer de cualquier modo, lo haremos de la mano de Jesús, a quién debemos ESCUCHAR y quién nos conduce por los caminos de la vida invitándonos a vivir como El, quién, cuando tropezamos y caemos, se acerca, nos toca, nos levanta y nos dice: “NO TEMAS, LEVÁNTATE, SIGUE ADELANTE. YO ESTOY SIEMPRE CONTIGO”.

A.G.R.

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