Querido(a) Mío(a):
No, no te asustes porque te
escriba esta carta. No me tengas miedo. No ha llegado tu hora. Pero me preocupa
que pasa tu vida y aún no me conoces. Quiero que entres en mi amor antes de que
sea ya tarde. ¿Por qué no me dejas llegar a tu corazón?
Cuando te levantabas esta
mañana, te miraba con ternura y esperaba que me hablaras aunque fuera unas palabras,
pero estabas muy ocupado arreglándote para el trabajo y pensando en tus
asuntos. Seguí esperando mientras corrías camino al trabajo.
¿No te fijaste qué
esplendoroso fue el amanecer que hice para ti? ¿Es que andabas mal humorado por
las demoras del tráfico? Por eso quise alegrarte con el trinar de miles de
pájaros, esperando que así vieras más allá, la grandeza de mi amor. Pero era
inútil. Estabas absorto en las noticias de la radio. No te diste cuenta de
nada.
Esperé pacientemente todo
el día. Cuantos momentos quise tocar tu corazón. Te envié personas con sonrisas
en sus labios. ¿Recuerdas aquel niño tan simpático y travieso que tropezó
contigo en la calle? Lo puse en tu
camino para hacerte pensar que eres tú también eres un niño en manos de tu
Padre Celestial. Pero, con todos tus planes y preocupaciones, aquello te
pareció una molestia.
De regreso a casa vi tu cansancio
y quise refrescarte un poco con una suave brisa. Más tarde opaqué el resplandor
del cielo creando un maravilloso espectáculo de colores celestes. Aquella ella
puesta de sol era para ti. Pensé que te
recordaría cuanto te quiero...
Deseaba tanto que me
hablaras... aún quedaba tiempo. Pero encendiste el televisor... así que espere
pacientemente mientras pasabas de programa en programa tratando de relajarte y
pasar el tiempo.
Al cenar pensé que te
recordarías que todo procede de mi amor por ti, pero nuevamente te olvidaste de
hablar conmigo. En la noche no te dejé a oscuras, sino que hice salir una
hermosa luna y millares de estrellas, pero no levantaste la cabeza.
A la hora de dormir
acompañé tu sueño con las suaves melodías de mis animales nocturnos, pero no te
diste cuenta de que siempre estoy a tu lado.
TE AMO tanto que espero
todos los días por una oración tuya. ¿Cuándo será que te des cuenta? Será algún
paisaje hermoso, una mano amiga, o quizás una enfermedad o alguna desgracia que
te haga pensar en mi amor que nunca falla...
Bueno, te estás levantando de nuevo, y
otra vez esperaré a que me dediques un poco de tiempo para que conozcas mi
corazón lleno de amor por ti. Si supieras cuánto te amo y cuánto deseo tu
amor....
Tu
amigo, Jesús
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