Con el Espíritu Santo entramos en el mundo del
amor. Gracias al Espíritu Santo cada bautizado es transformado en lo más
profundo de su corazón.
En la plenitud de los tiempos, el Espíritu descendió sobre la Virgen María, y el Verbo se hizo Hombre.
En la plenitud de los tiempos, el Espíritu descendió sobre la Virgen María, y el Verbo se hizo Hombre.
Sagrada Escritura
Primera: Hc 2,1_11;
Salmo 103;
Segunda:1Co12,3b_7.12_13;
Evangelio: Jn 20,19_23
Primera: Hc 2,1_11;
Salmo 103;
Segunda:1Co12,3b_7.12_13;
Evangelio: Jn 20,19_23
"Recibid al Espíritu Santo". Con estas palabras podemos
unificar el mensaje de esta fiesta litúrgica. En efecto, la Iglesia
representada por los que estaban en el Cenáculo, da comienzo al nuevo pueblo de
Dios guiados por la Nueva Ley inscrita en sus corazones por medio del Espíritu Santo.
Es el mismo Cristo quien da su Espíritu y entrega su propia misión a los suyos
en el día de la Pascua. Ese mismo Espíritu es quien unifica y vivifica los
miembros del Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia.
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