Ay de ti si
tu vida se va diluyendo
entre
las prisas y los agobios.
Ay de ti si
vives con los ojos cerrados
a
tantos milagros cotidianos.
Ay de ti si
dices que me amas
y
luego solo te buscas a ti mismo.
Ay de ti si
miras para otro lado
cuando
te encuentras un hermano
caído
en el camino.
Ay de ti si
acumulas y acaparas sin freno,
y
te olvidas de compartir con los pobres.
Pero…
Dichoso tú si
en medio de las prisas y los agobios
percibes
mi presencia de paz.
Dichoso tú si
en cada rincón de tu existencia
ves
un milagro de mi mano.
Dichoso tú si
cuando dices que me amas
haces
verdad este amor
sirviendo
a los más débiles.
Dichoso tú si
vives con ojos abiertos
y
manos extendidas
ante
los descartados de la tierra.
Dichoso tú si
tu alegría te lleva a desprenderte
de
algo de lo que acumulas
para
que otros puedan gozar
de
una vida más digna.
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