Una vigilia, que significa
“Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es un acto litúrgico, una
importante celebración de un grupo o una comunidad que vigila y reflexiona en
oración mientras la población duerme. Se trata de estar despiertos durante la
noche a la espera de la luz del día de una fiesta importante, en este caso
Pentecostés. En ella se comparten, a la luz de la Palabra de Dios,
experiencias, testimonios y vivencias. Todo en un ambiente de acogida y
respeto.
Es importante tener presente
que la lectura de la Sagrada Escritura, las oraciones, los cantos, los gestos,
los símbolos, la luz, las imágenes, los colores, la celebración de la
Eucaristía y la participación de la asamblea son elementos claves de una
Vigilia.
En la Vigilia Pentecostés
centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por Jesús en reiteradas
ocasiones y, ésta vigilia, puede llegar a ser muy atrayente, especialmente para
los jóvenes, precisamente por el clima de oración, de alegría y fiesta.
Invoquemos, una vez más, al
Espíritu Santo para que nos regale sus luces y su fuerza y, sobre todo, nos
haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.

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