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lunes, 23 de diciembre de 2024

TIEMPO DE NAVIDAD

La fiesta de Navidad y su Octava, la Epifanía y el Bautismo del Señor, también la fiesta de la divina maternidad de María,  1 de enero, y el Domingo de la Sagrada Familia, se bañan en la luz de la Natividad y en el misteriode la Encarnación.

BAUA su manera, todas estas celebraciones son una especie de "epifanía" progresiva del Señor.

Muestran cómo el Hijo de Dios "se manifestó" entre nosotros, cómo "se apareció" a sus semejantes y reveló la bondad de Dios a través de sus palabras y gestos de salvación.

La venida de los Magos muestra que los gentiles son amados por Dios y están llamados a compartir la misma herencia.

El Bautismo en el Jordán hace que se escuche la voz del Padre, revelando el origen y la identidad del Salvador: " eres mi Hijo amado, en ti me complazco".

La Liturgia domina la atmósfera de la celebración y, de este modo, eleva en gran manera la fiesta de Navidad en su significación para la redención del hombre por encima de su problemática tendencia romántica y de su orientación consumista que falsifica su esencia e irrita a los pobres.

Cada Navidad es un acontecimiento de gracia.

Se recuerda el acontecimiento del nacimiento, pero se celebra lo que resultó como consecuencia de él.

Es decir, se celebra en su actual estado de Señor glorificado al que entonces nació.

Por eso no es extraño que los textos litúrgicos, como ejemplo la Misa del dia, aborden solo escasamente el acontecimiento externo de Belén, centrando la celebración en el hecho de que el "Logos" eterno del Padre haya asumido nuestra carne.

Participando en la Liturgia de la Iglesia, la Navidad deviene un "acontecimiento de gracia" para nosotros.

Por Navidad se realiza la "eudokia", "cariño, buena voluntad", Lc 2,14) que cantamos en el himno doxológico mayor, "Gloria" que, por su contenido pascual y ecuménico, se reviste de una gran solemnidad.

La celebración del día de Navidad empieza con las I Vísperas del día de Navidad y termina en las II Vísperas de la Octava de Navidad.

Después de las I Vísperas se puede celebrar la Misa de la Vigilia.

Durante el 25 de diciembre se celebran las tres Misas de Navidad, la Misa de medianoche, con la recomendada vigilia prolongada, la Misa de la aurora y la Misa del día.

Las lecturas de cada celebración son propias, como también la eucología.

La riqueza y la belleza de la Liturgia son realmente extraordinarias.

Las lecturas bíblicas llevan en  el "pondus" de la historia litúrgica.

Durante siglos la Iglesia ha confeccionado el leccionario del ciclo de la Navidad.

Los Padres de la Iglesia han predicado los mismos Evangelios que escuchamos.

El "punctum saliens" de la Liturgia de la Palabra es el Prólogo de san Juan de la Misa del díajamás debería ser remplazado.

La eucología manifiesta la simbiosis entre la "lex orandi y la lex credendi".

Contiene todo el misterio de la Encarnación y de la divinización del hombre: "Dios se ha hecho hombre para que nosotros participáramos de la vida de Dios, el admirable intercambio".

El tema inspira los Prefacios y la eucología menor, que llevan la impronta de san León Magno, el teólogo de la Navidad en su predicación.

En los monasterios y catedrales tiene larga historia la liturgia nocturna de Navidad.

El Oficio puede celebrarse como vigilia prolongada.

En muchas iglesias, incluso parroquiales, se va introduciendo el rezo del Oficio de lectura unido a la Eucaristía de la noche.

Cuídense los detalles litúrgicos: la elección de los cantos, el uso del incienso, la entonación del Gloria, las campanas, la proclamación solemnísima del Evangelio, el arrodillarse en el Credo, el canto del Prefacio, los embolismos propios de la "Prex eucharistica" y la comunión de los fieles.

El centro de la asamblea es el altar del Señor, no el belén, que debe ocupar un lugar secundario, téngase esto presente en la ornamentación floral del templo.

Las costumbres de la piedad popular deben respetarse armoni- zándose siempre con la Liturgia.

La predicación debe llegar al corazón: una predicación ungida, mistagógica, nada ideológica y mucho menos sentimental.

Debe anunciarse el misterio del Dios-con-nosotros, "Emmanuel" en una sociedad que ha sufrido este año los efectos de una temible pandemia. Dios en Cristo consuela a su pueblo.

 

De la mistagogia de los Padres

 

"Salten de júbilo los hombres, salten de júbilo las mujeres; Cristo nació varón y nació de mujer, y ambos sexos son honrados en Él.

Retozad de placer, niños santos, que elegisteis principalmente a Cristo para imitarle en el camino de la pureza; brincad de alegría, vírgenes santas; la Virgen ha dado a luz para vosotras para desposaros con Él sin corrupción.

Dad muestras de júbilo, justos, porque es el natalicio del Justificador.

Haced fiestas vosotros los débiles y enfermos, porque es el nacimiento del Salvador.

Alegraos, cautivos; ha nacido vuestro redentor.

Alborozaos, siervos, porque ha nacido el Señor.

Alegraos, libres, porque es el nacimiento del Libertador.

Alégrense los cristianos, porque ha nacido Cristo.

 

San Agustín, Sermón sobre la Navidad 

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