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jueves, 6 de octubre de 2016

IGLESIA EN MISIÓN




CARTA PASTORAL DE LOS OBISPOS
DE LAS DIOCESIS ARAGONESA


IGLESIA EN MISIÓN AL SERVICIO
DE NUESTRO PUEBLO DE ARAGON


Las Unidades Pastorales: instrumentos de comunión para la misión



Incluimos a continuación la carta (el enlace esta abajo) pastoral “Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo de Aragón”, que los obispos de las seis diócesis aragonesas han escrito con motivo de la llamada del papa Francisco a pasar de un modelo de “mera administración”, a uno nuevo de “estado permanente de misión”. En ella los obispos plantean reformas estructurales concretas que permitan mejorar la atención a las comunidades cristianas tanto del mundo rural, como de las zonas urbanas.
La carta pastoral tiene seis apartados. Los dos primeros presentan el desafío evangelizador y la realidad pastoral de las diócesis aragonesas. Ante esta situación, el capítulo tercero responde en clave de «conversión pastoral» con las unidades pastorales. Los tres capítulos siguientes describen el qué y el para qué de esta modalidad de organización pastoral, así como algunos aspectos prácticos. Cada uno de los capítulos se cierra con un cuestionario para la reflexión y un mapa conceptual.
Qué es una unidad pastoral?
«Determinadas comunidades parroquiales con cierta homogeneidad que, en signo de comunión, permiten realizar una pastoral de misión con pluralidad y diversidad de ministerios, carismas, vocaciones y funciones, encomendadas por el obispo a un presbítero o a un equipo de presbíteros, capaces de fomentar fraternidades sacerdotales y equipos de vida apostólicos».
Estas unidades pastorales pueden ser de tres formas: una agrupación de parroquias rurales de las mismas dimensiones; una agrupación de parroquias rurales en torno a otra de mayor consistencia; una agrupación de parroquias urbanas allí donde los límites han sido desdibujados por la cercanía geográfica de las mismas.
Para formar comunidades vivas y corresponsablesPero lo importante de estas unidades pastorales no es el qué, sino el para qué. Esta nueva forma de organización pastoral busca formar comunidades cristianas vivas, fraternas, orgánicas, corresponsables y evangelizadoras, que vivan de un modo más generoso la exigencia de comunión. Es decir, que cada uno de sus miembros, desde sus respectivas vocaciones y ministerios, ponga todo lo que tiene al servicio de la única misión de la iglesia: el anuncio de salvación en Jesucristo.
A lo largo de toda la carta pastoral se respira una preocupación por las vocaciones. No solo por las vocaciones al ministerio sacerdotal, sino también a la vida consagrada y al laicado comprometido.

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