“LA FE NO ES RECITAR EL
CREDO LOS DOMINGOS EN MISA, LA FE ES CONFIAR EN DIOS, CONFIARSE EN DIOS”
Bergoglio pide a
los padres “custodiar la fe, hacerla crecer, de modo que sea testimonio para
los otros”
Ante los llantos de los pequeños:
"No se preocupen: Jesús también hizo lo mismo, a mí me gusta pensar que la
primera predicación de Jesús ha sido un llanto"
Ya una tradición,
de las más bellas del Vaticano. En la solemnidad del Bautismo del Señor, el Papa bautizó en la capilla Sixtina a
28 niños, en su mayor parte hijos de trabajadores de la Santa Sede. La
más impresionante obra de arte creada por el ingenio humano, conquistada por
los llantos de los pequeños, las risas y complicidades de las familias, los gestos de cariño de un Papa
que hoy, es más "padre Jorge" que nunca.
Paolo,
Francisco, Alicia, Alesandro, Gregorio, Federico, Elisa, Letizia, Sara... fueron algunos
de los nombres que los padres pronunciaron cuando el Papa les preguntó por sus
intenciones para sus hijos, a los que después impuso el signo de la cruz con
sus manos, una sonrisa y una mirada cómplice con los padres.
Durante las lecturas, muchas madres (y algún padre), aprovecharon para
dar pecho o biberón a sus hijos. "Éste es mi hijo, el Elegido", se
escuchó a Isaías, y después al propio Evangelio, y los progenitores sintieron
que en su caso, así era. En el de todos los niños y niñas venidos al mundo
gracias al amor de sus padres.
En su breve
homilía, totalmente improvisada, el Papa se dirigió a los padres. "Ustedes
han pedido para sus hijos la fe que les será dada en el Bautismo. Esto
significa vida de fe, porque la fe
debe ser vivida, y hay que caminar por el camino de la fe, y dar
testimonio de la fe".
"La fe
no es recitar el Credo los domingos en misa", recordó el Papa. "La fe no es
solo esto, la fe es creer en la Verdad de Dios Padre que ha enviado a su Hijo,
y el Hijo nos da el Espíritu que nos vivifica, pero la fe es confiar en Dios, confiarse en Dios. Y
eso es lo que tienen que enseñarle a los hijos con el ejemplo".
"La fe es la luz", recordó, señalando cómo "en esta
ceremonia les será entregada una vela encendida, como en los primeros días de
la Iglesia, donde el Bautismo se llamaba 'iluminación',
porque la fe ilumina el corazón, hace ver las cosas con otra luz".
"Ustedes
pidieron la fe, la Iglesia da la fe con el Bautismo a sus hijos, y ustedes tienen el compromiso de hacerla
crecer, custodiarla, y que se convierta en testimonio para todos.
Este es el sentido de esta celebración", recalcó. "Sólo quería
decirles esto: custodiar la fe, hacerla crecer, de modo que sea testimonio para
los otros".
Justo en ese
momento, un niño arrancó a llorar, y le siguieron otros. "Ahora... ha comenzado el concierto, ¿eh?",
sonrió Francisco. "Los niños se encuentran en un lugar que no conocen, los
han levantado antes de lo común... empieza uno, 'da la nota' y los otros
imitan. No se preocupen: Jesús también hizo lo
mismo, a mí me gusta pensar que la primera predicación de Jesús ha sido un
llanto".
"La ceremonia
es larga, alguno llora de hambre. Si es
así, ustedes, sin vergüenza, denles de mamar, como la Virgen daba de mamar a
Jesús", les pidió el Papa, quien concluyó sus palabras, previas a
la imposición del agua, recordando a los padres: "No se olviden: han
pedido la fe, tienen el compromiso de hacer crecer esta fe, de modo que se
convierta en testimonio para todos nosotros, también para obispos sacerdotes,
todos".
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