Hemos escuchado el primer mandamiento del Decálogo:
«No habrá para ti otros dioses delante de mí» (Éxodo 20, 3). Está bien
detenerse en el tema de la idolatría, que es de gran alcance y actualidad...
¿Cómo se desarrolla una idolatría? El
mandamiento describe fases: «No te harás ni escultura ni imagen alguna […]. /No
te postrarás ante ellas / ni les darás culto» (Éxodo 20, 4-5).
La palabra «ídolo» en griego deriva del
verbo «ver». Un ídolo es una «visión» que tiende a convertirse en una fijación,
una obsesión. El ídolo es en realidad una proyección de sí mismo en los objetos
o en los proyectos.
Los ídolos piden sangre. El dinero roba
vida y el placer lleva a la soledad. Las estructuras económicas sacrifican
vidas humanas por útiles mayores.
Los ídolos prometen vida, pero en
realidad la quitan. El Dios verdadero no pide la vida sino que la dona, la
regala. El Dios verdadero no ofrece una proyección de nuestro éxito, sino que
enseña a amar. El Dios verdadero no pide hijos, sino que dona a su Hijo por
nosotros.
...A Jesús, “no le basta que la gente lo
busque, quiere que la gente lo conozca, quiere que la búsqueda de Él y el
encuentro con Él vayan más allá de la satisfacción inmediata de la necesidad
material.
Papa Francisco
Catequesis
de los mandamientos y palabras previas al rezo del ángelus
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