Comenzamos el mes de
octubre, mes dedicado a la Virgen del Rosario y a las misiones. El día 5 de
este mes celebramos el día de Acción de Gracia, ese día es para dar Gracias por
tu crecimiento espiritual y humano.
Hoy, día el 5 de octubre, al principio del curso, y
vinculado al ritmo natural del tiempo, final de las cosechas y entrada en el
otoño, la Iglesia eleva a Dios su plegaria. Se cierra un período y se abre otro
ciclo nuevo. Se termina un curso, comienza otro, cargado de ilusiones,
proyectos, trabajos. Entonces la liturgia nos lleva hoy de la mano (y siempre
nos educa) para expiar, agradecer y encomendar.
Las Témporas, dice el Misal,
son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a
Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender
la actividad habitual.
Las Témporas, y las
Rogativas, son una antiquísima institución litúrgica vinculada a las cuatro
estaciones del año, para reunir a la comunidad, instando al ayuno y a la
oración, para dar gracias a Dios por los frutos de la tierra y pedir su
bendición sobre el trabajo de los hombres. Nacieron en Roma y se difundieron
con la liturgia romana. Al principio se celebraban en otoño, invierno y verano,
en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por los sermones de San León
Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales.
En el fondo, las Témporas
son un acercamiento mutuo de la liturgia y la vida humana, en el afán de
encontrar en Dios la fuente de todo don y la santificación de la tarea de los
hombres.
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