En ese año el Papa había anunciado que el «catequista es una vocación»: «Ser catequista, esa es la vocación, no trabajar como catequista». Y poco después añadió que esta «forma de servicio que se realiza en la comunidad cristiana» requería ser reconocida «como un verdadero y genuino ministerio de la Iglesia».
La convicción ha tomado la forma del Motu proprio Antiquum ministerium que ha sido presentado hoy en presencia del arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, y de Mons. Franz-Peter Tebartz-van Elst, delegado para la Catequesis del dicasterio.
El primer anuncio
El Motu proprio, por tanto, establecerá formalmente el ministerio del catequista, desarrollando esa dimensión evangelizadora de los laicos deseada por el Vaticano II. Un papel al que, según dijo Francisco en el videomensaje, le corresponde «un primer anuncio». En un contexto de «indiferencia religiosa – había indicado el Papa – vuestra palabra será siempre un primer anuncio, que llega a tocar el corazón y la mente de tantas personas que esperan encontrarse con Cristo«.
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