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lunes, 30 de diciembre de 2019

ORACIÓN DE NAVIDAD EN LA PARROQUIA






Señor, Dios nuestro, con mucha alegría nos hemos reunido para celebrar el nacimiento de tu Hijo. Te pedimos que nos bendigas y que bendigas también todos los esfuerzos y sacrificios de todos los colaboradores de la Parroquia de San León Magno de Teruel, que quieren ser expresión de nuestra fe y religiosidad, y de la alegría por la presencia del Dios-con-nosotros.

Fortalece, a través de esta celebración, el vínculo de amor y la amistad entre nosotros y entre todos los colaboradores y grupos parroquiales, y haznos más caritativos con todos los seres humanos y en especial con los más necesitados, porque entonces tu luz brillará sobre este mundo y tu Reino llegará a nuestra tierra.

Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén


viernes, 27 de diciembre de 2019

JORNADA DE LA SAGRADA FAMILIA 2019





«La familia, escuela y camino de santidad» es el lema de la Jornada de la Sagrada Familia 2019 que se celebra el domingo 29 de diciembre. La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, dentro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, ha editado los materiales para preparar esta Jornada.

Los obispos de la Subcomisión firman un nota en la que recuerdan que «la vida familiar cotidiana y concreta, con su increíble riqueza y variedad, ha de ser el contenido real de esa santidad a la que estamos llamados. No podemos esperar un camino de santidad al margen de las exigencias y responsabilidades cotidianas de la vida familiar práctica, mezclada además con el complicado entramado de obligaciones, intereses y condicionantes que nos vienen del mundo profesional, económico, cultural y educativo. En ese camino concreto hemos de embarcarnos. Se habrá de ir llenando de acogida, de esfuerzo y entrega, de donación generosa, de trabajo y servicio generoso para poder así recorrer el camino de las Bienaventuranzas».

martes, 24 de diciembre de 2019

NAVIDAD


NAVIDAD

Misa de medianoche:

Is 9, 1-6; Sal 95, 1-2a. 2b-3. 11-12. 13; Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14

Las seculares lecturas de la Noche de Navidad tienen como centro el anuncio angélico: "No temáis, os traigo una gran alegría (...) hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor".

La señal es el Niño fajado y recostado en un pesebre.

La narración de Lucas tiene ya como trasfondo la Resurrección del Señor.

En el icono de la Navidad, el niño, envuelto en pañales, aparece en el fondo de la cueva oscura para significar el sepulcro.

Los pañales prefiguran ya el sudario del Señor en el sepulcro.

En un evento y en otro se hace presente la "teofanía angélica".

Tanto el nacimiento como la Resurrección del Señor son motivo de una gran alegría.

Uno y otro deben ser anunciados. La doxología mayor de la Misa comienza con las palabras que los ángeles cantaron en la primera noche de Navidad.

El nacimiento del Señor es la aparición, la epifanía gloriosa "de Jesucristo, gran Dios y Salvador nuestro" (segunda lectura) y "el pueblo que caminaba en las tinieblas" (la historia de los hombres) "vio una luz grande" (primera lectura).

Los Salmos reales del “cántico nuevo” (95, 96 y 97) resuenan exultantes en las tres Misas de Navidad.

Los fieles, laeti et triomphantes, adoramos al Señor que por nosotros ha nacido en Belén de Judá.
  
Misa de la aurora:

Is 62, 11-12; Sal 96, 1 y 6. 11-12; Tt 3, 4-7; Lc 2, 15-20.



La antífona de introducción de la Misa canta: "Hoy brillará una luz sobre nosotros".

Esta luz, los pastores la vieron resplandecer en el rostro del Niño Jesús tras el anuncio del ángel.

El Evangelio de esta Misa de la aurora es continuación del Evangelio de la Misa de medianoche de ayer: los pastores confirman con su ida a Belén la palabra-evento que les había sido anunciada "conforme a lo que se les había dicho".

Habiendo recibido la confirmación, se convierten en los primeros misioneros del Niño y participan del ministerio de los ángeles, no sólo anunciando el evento, sino con su alabanza a Dios.

Como pastores, prefiguran el ministerio apostólico.

En el sentir, lo que hacían los ángeles ahora lo hacen los pastores.

Como lo habían hecho ellos, ahora también todos se admiraban de lo que decían los pastores.

La Navidad de Jesús llena a todos de estupor en sentido teológico.

De manera sorprendente Lucas menciona a María: "conservaba estas cosas, meditándolas en su corazón".

Nada referido al Hijo es olvidado por ella, ya que todo tiene un significado para ella y su misión.

Ella es el inicio de la memoria (shemá) de la Iglesia. La contemplación cristiana versará siempre sobre la humanidad del Hijo.

San Pablo, en la segunda lectura, hace comprender que el nacimiento de Jesús es, de hecho, la revelación del Dios vivo, ya que "cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre", lo hizo gratuitamente (no por las obras que nosotros podíamos haber hecho).

El oráculo de Isaías se aplica a la Iglesia: ella es la hija de Sión que, llena de júbilo, puede escuchar hoy: "Mira a tu salvador, que llega".

De esta manera "amanece la luz para el justo", como cantamos en el Salmo: es el día que la Luz resplandece para nosotros, porque nos ha nacido el Salvador.

 Misa del día

Is 52, 7-10; Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6; Hb 1, 1-6; Jn 1, 1-18 (o bien más breve: 1, 1-5. 9-14)




Desde los inicios de la configuración del Año litúrgico en Occidente no se conoce otro Evangelio para la Misa del día de Navidad sino el Prólogo de san Juan.

Aunque se permitan los otros Evangelios del nacimiento del Señor, no se deben preferir a éste.

El prólogo del IV Evangelio es la gran proclamación de la verdad fundamental de la fe cristiana: el Verbo de Dios, coeterno con el Padre, se ha hecho carne y ha acampado entre nosotros.

Nosotros "hemos contemplado su gloria", en el don del Espíritu Santo, revelada como gracia y verdad: "De su plenitud (pleroma) hemos recibido gracia tras gracia".

El pueblo cristiano tiene derecho a escuchar el día de Navidad el más alto y sublime texto referente a la Encarnación  del  Verbo.

Es esto lo que celebramos y por lo que inmensamente nos alegramos.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

VIDA ASCENDENTE PARROQUIAL




El Retiro de Adviento de Vida Ascendente de la Parroquia de San León Magno con el resto de los grupos de Teruel, estuvo centrado en el lema que  para este año tiene la Diócesis de Teruel — Albarracín: «Somos Comunidad Orante y Peregrina».

Nuestro consiliario Don Victorino, nos presentó a María  la Madre de Jesús, nuestro Señor, como modelo a seguir. Para ello eligió el texto del evangelio: «La visita de María a su prima Isabel»  (Lucas 1,39-45). Este encuentro de María con su prima estuvo lleno de  alegría y alabanza y su saludo llenó de gozo toda la casa  Y así, nos invitó a celebrar la Navidad con la misma entrega y alegría que  María, presentándonos para estas llamadas:

* Ser personas de fe.
* Llenar nuestros ambientes de amor, ilusión, alegría y esperanza.
* Acompañar a las personas que están solas, bloqueadas por la depresión,
por  la enfermedad y por cualquier otro motivo.

Terminada la reflexión de nuestro Consiliario, asistimos a la celebración de la  Eucaristía con la que culminó el Retiro.

Vida Ascendente

domingo, 8 de diciembre de 2019

BELEN DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO





BELEN DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO

HORARIOS:
Las visitas se harán por la calle Caracol, a través del jardín de la Iglesia para llegar al claustro, hasta el día 6 de Enero de 2019.-

Domingos y festivos por la mañana de 11 a las 13 h.

Y todos los días por la tarde desde las 18 a las 20 h.

Donativo voluntario de 1,00 euro, para el proyecto de Manos Unidas de Teruel

sábado, 7 de diciembre de 2019

BIENAVENTURANZAS DEL ADVIENTO





Felices quienes siguen confiando, a pesar de las muchas circunstancias adversas de la vida.

Felices quienes tratan de allanar todos los senderos: odios, marginaciones, discordias, enfrentamientos, injusticias.

Felices quienes bajan de sus cielos particulares para ofrecer esperanza y anticipar el futuro, con una sonrisa en los labios y con mucha ternura en el corazón.

Felices quienes aguardan, contemplan, escuchan, están pendientes de recibir una señal, y cuando llega el momento decisivo, dicen: sí, quiero, adelante, sea, en marcha…

Felices quienes denuncian y anuncian con su propia vida y no sólo con meras palabras.

Felices quienes rellenan los baches, abren caminos, abajan las cimas, para que la existencia sea para todos más humana.

Felices quienes acarician la rosa, acercan la primavera, regalan su amistad y reparten ilusión a manos llenas con su ejemplo y sus obras.

Felices quienes cantan al levantarse, quienes proclaman que siempre hay un camino abierto a la esperanza, diciendo: “No tengáis miedo, estad alegres. Dios es como una madre, como un padre bueno que no castiga nunca, sino que nos acompaña y nos alienta, pues únicamente desea nuestra alegría y nuestra felicidad”.

MIGUEL ÁNGEL MESA.  ECLESALIA, 04/12/09

viernes, 6 de diciembre de 2019

ADVIENTO Y NAVIDAD


ACOJAMOS AL QUE SUFRE EN LOS CAMINOS


Desde la atalaya del adviento, contemplamos al Señor que se aproxima. Viene en la humildad, desde Nazaret, por los caminos que se acercan a Belén. Luego, otra vez en camino, desde Belén a un lugar de Egipto, huye por el miedo y la persecución.

Caminos de abandono e inseguridad. Caminos de confianza. Desde el principio todo son búsquedas, éxodos y vigilias.

Y nosotros, aún hoy, seguimos también peregrinando por este mundo, sabiendo que Él es el único Camino para la esperanza.

Felices Pascuas de la Navidad ¡Ánimo y adelante!