RECUERDA LA MATANZA DEL REY HERODES
QUE BUSCABA AL NIÑO JESÚS
En ese día
se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye
en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus
hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen"
La Iglesia celebrará hoy el Día de los Santos Inocentes, que
recuerda la matanza de cientos de niños menores de dos años en Belén por parte
del Rey Herodes para eliminar al Niño Jesús.
En
la Biblia, en el Nuevo Testamento, San Mateo relata cómo, cuando nació Jesús,
el rey Herodes
ordenó una matanza en Belén para
acabar con todos los niños menores de dos años y asegurarse así de que el
anunciado Mesías, futuro Rey de Israel, era asesinado.
La
tradición popular lo ha convertido también en un día para gastar "bromas
inocentes" y en los
países anglosajones se celebra una fiesta similar el 1 de abril con el nombre
de Fools Day (el "día de los tontos").
La Fiesta
de locos, que se celebraba principalmente en Francia el primer día del
año para honrar al asno en que cabalgó Jesús el domingo de Ramos para hacer su
entrada triunfal en Jerusalén, se considera también precursora del día los
Inocentes, según el sitio Muy Historia.
El Evangelio
de San Mateo señala que
Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba
a nacer el rey de Israel, el que habían anunciado los profetas. Ellos le
contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta
Miqueas diciendo: Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá,
porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel".
Entonces Herodes
se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después
mandar a sus soldados a que lo mataran y la agencia católica Aci Prensa recordó
que fingiendo dijo a los Reyes Magos: - "Vayan y averiguen acerca de ese
niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a
adorarlo".
Los magos se fueron a Belén guiados
por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén y llenos de
alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo
adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
En
sueños recibieron el aviso celestial de que no volvieran a Jerusalén y
regresaron a sus países por otros caminos y Herodes se quedó sin saber dónde estaba
el recién nacido.
Esto
lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña
ciudad de Belén y dio la orden de matar a todos los
niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.
El
mismo evangelista San Mateo afirmará que en ese día se cumplió lo que había
avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de
Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere
consolar, porque ya no existen".
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