Su sí a Dios abrió la
puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de la felicidad eterna;
nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al Padre. ¡Cuanta
ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la
Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia en esta vida y en la otra
vida. María nos es completamente necesaria e indispensable. Y los que opinan de
otra manera, muy su opinión, que respetamos, pero andan muy equivocados.
Abrir la puerta, y
encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo, su preludio, el
inicio del éxtasis eterno que comienza...pero no terminará jamás...
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