Es
una advertencia para intimidarme,
meterme
miedo en el alma y en el cuerpo
y
dejar que todo siga el curso
que
beneficia a los de siempre.
Sea
lo que fuere, estoy tranquilo
porque,
si me matan, no me quitan la vida.
Me
sembrarán contigo
y
granaré
desbordando
sueños.
Los
cristianos no estamos
Estamos
"amenazados de vida".
Porque
Tú eres la vida,
aunque
estés crucificado
en
la cumbre del basurero del Mundo,
o
enterrado en arrabales, suburbios y favelas.
Ni
yo ni nadie estamos amenazados de muerte.
¡Estamos
amenazados de vida,
de
esperanza, de amor...!
Porque
tu hora, Señor, ha llegado,
y
recorres nuestro mundo
como
río de agua viva.
Florentino
Ulibarri
No hay comentarios:
Publicar un comentario