Hace cuatro años que la
Conferencia Episcopal Española puso en marcha su Plan de Transparencia. Una
ocasión excepcional para rendir cuentas, mejorar nuestra gestión y atender
nuevas demandas. La adhesión a los estándares nacionales e internacionales de
transparencia se ha convertido sobre todo en una oportunidad de apertura; de
Iglesia en salida y de puertas abiertas. Una ocasión de evangelización…
Pero… ¿qué ha cambiado?
La creación de la Oficina
de Transparencia de la CEE y los compromisos recogidos en el Convenio con
Transparencia Internacional han marcado el verdadero impulso para que cada vez
más entidades de la Iglesia avancen en el camino de la transparencia.
Desde pequeñas parroquias a
las más grandes diócesis de España han dado ya pasos al respecto. Nuevas
herramientas y nuevos procesos que impregnan de transparencia la gestión y que
ayudan a mostrar el verdadero rostro de la Iglesia.
Cerca de la totalidad de
las diócesis españolas, el 80%, cuentan ya con su propio Portal de
transparencia; ofrecen información más clara y actualizada, hablando no solo de
recursos económicos, sino explicando a qué y adónde se destinan. Aportan
también información de las distintas actividades que realizan, reflejando así
la realidad de una Iglesia viva, presente en cada rincón de España.
Las diócesis siguen
invirtiendo sin descanso para ser más transparentes, elaborando durante este
último año sus propios Planes de transparencia, creando Oficinas de
transparencia diocesanas y Protectorados canónicos. Además, han movilizado
otros recursos humanos y tecnológicos tan necesarios para reforzar todas estas
tareas.
También son más en el
último año las diócesis que se han sumado a los Planes de revisión externa y
auditorías, mostrando así una clara orientación a la mejora y garantizando a la
sociedad el buen uso de los recursos que en ellas se depositan.
Las diócesis y las
parroquias también participan cada año en otro de los grandes ejercicios de
rendición de cuentas a la sociedad que se lleva a cabo desde la Oficina de
Transparencia de la CEE, la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia, que
además somete sus datos de la vida de la Iglesia a una verificación de una
auditora externa, para dotar de mayor transparencia al proceso.
La transparencia seguirá
orientando nuestra labor, ayudándonos a dar luz, a participar de la misión de
la Iglesia y a estar al servicio de toda la sociedad.
Ester Martín Domínguez
Directora de la Oficina de Transparencia
Conferencia Episcopal Española
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