Las
oraciones escritas por san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús,
tienen un gran predicamento en todo el mundo católico, especialmente en el de
habla española. San Ignacio vivía profundamente su fe, comprometido con
Evangelio y entregado sin fisuras a la voluntad de Dios.
Sus
oraciones son indicadas para cualquier edad, y son muy adecuadas para que los
niños empiecen a meditar con algo más de profundidad sobre las oraciones que
recitan. Estas de san Ignacio —impetuosas, llenas de vivas imágenes que
expresan complicadas verdades de fe— son fáciles de comprender para el
preadolescente que comienza a sentir individualmente su fe. La bravura, la
generosidad y la entrega de san Ignacio son virtudes que los niños admiran y
comprenden.
De
todos los escritos, recopilamos cinco de sus más bellas oraciones.
Oración de entrega
(Especialmente
recomendada para la oración matinal y para la acción de gracias tras comulgar.)
Tomad,
Señor, y recibid
toda
mi libertad,
mi
memoria,
mi
entendimiento
y
toda mi voluntad;
todo
mi haber y mi poseer.
Vos
me disteis,
a
Vos, Señor, lo torno.
Todo
es Vuestro:
disponed
de ello
según
Vuestra Voluntad.
Dadme
Vuestro Amor y Gracia,
que
éstas me bastan.
Amén.
Alma de Cristo
(Especialmente
recomendada para la oración matinal y para la acción de gracias tras comulgar.)
Alma
de Cristo, santifícame.
Cuerpo
de Cristo, sálvame.
Sangre
de Cristo, embriágame.
Agua
del costado de Cristo, lávame.
Pasión
de Cristo, confórtame.
¡Oh,
buen Jesús!, óyeme.
Dentro
de tus llagas, escóndeme.
No
permitas que me aparte de Ti.
Del
maligno enemigo, defiéndeme.
En
la hora de mi muerte, llámame.
Y
mándame ir a Ti.
Para
que con tus santos te alabe.
Por
los siglos de los siglos.
Amén.
Hacer oración
(Para
antes de hacer un rato de oración mental)
Señor,
de verdad deseo prepararme bien para
este
momento, deseo profundamente que todo mi
ser
esté atento y dispuesto para Ti.
Ayúdame
a clarificar mis intenciones.
Tengo
tantos deseos contradictorios...
Me
preocupo por cosas que ni importan ni son
duraderas.
Pero sé que si te entrego mi corazón
haga
lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.
En
todo lo que hoy soy, en todo lo que intente
hacer,
en mis encuentros, reflexiones, incluso
en
las frustraciones y fallos
y
sobre todo en este rato de oración,
en
todo ello, haz que ponga mi vida en tus manos.
Señor,
soy todo tuyo. Haz de mí lo que Tú quieras.
Amén.
Señor, Tú me conoces
Señor,
Tú me conoces mejor
de
lo que yo me conozco a mí mismo.
Tu
Espíritu empapa
todos
los momentos de mi vida.
Gracias
por tu gracia y por tu amor
que
derramas sobre mí.
Gracias
por tu constante y suave invitación
a
que te deje entrar en mi vida.
Perdóname
por las veces que he rehusado tu invitación,
y
me he encerrado lejos de tu amor.
Ayúdame
a que en este día venidero
reconozca
tu presencia en mi vida,
para
que me abra a Ti.
Para
que Tú obres en mí,
para
tu mayor gloria.
Amén.
Oracion para rezar en todo
momento
Ayúdame
a clarificar mis intenciones.
purifica
mis sentimientos,
santifica
mis pensamientos
y
bendice mis esfuerzos,
para
que todo en mi vida
sea
de acuerdo a tu voluntad.
Tengo
tantos deseos contradictorios...
Me
preocupo por cosas
que
ni importan ni son duraderas.
Pero
sé que si te entrego mi corazón
haga
lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.
En
todo lo que hoy soy,
en
todo lo que intente hacer,
en
mis encuentros, reflexiones,
incluso
en las frustraciones y fallos,
y
sobre todo en este rato de oración,
en
todo ello,
haz
que ponga mi vida en tus manos.
Señor,
soy todo tuyo.
Haz
de mí lo que Tú quieras.
Amén.
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