Auméntanos
la fe.
La
fe es depositar la propia vida en manos del auténtico Señor: Dios. Saber,
aceptar y reconocer la propia pequeñez.
Auméntanos
la fe.
La
fe es el salto libre del trapecista en el vacío, seguro de encontrarse con las
manos de Amigo.
Auméntanos
la fe.
La
fe es poner a Dios como único absoluto de la propia vida.
Auméntanos
la fe.
La
fe es la brújula que orienta la vida, que la pone de cara al "norte",
de cara a la felicidad y la justicia, de cara a Dios.
Auméntanos
la fe.
La
fe es abrirse a hacer la voluntad de Dios, que busca siempre nuestro bien y
felicidad.
Auméntanos
la fe.
La
fe es atreverse cada día a tocar a Dios, seguros de que Él nos dará su fuerza.
Auméntanos
la fe.
La
fe es poner en manos de Dios los problemas de las personas que amamos y, a la
vez, ponerse manos a la obra para solucionarlos.
Auméntanos
la fe.
La
fe es aceptar a Dios como respuesta, no siempre fácil ni evidente, a los
interrogantes del ser humano.
Auméntanos
la fe.
La
fe es soñar despierto, arriesgar la vida, vivir en un sano inconformismo; es
saber amar y esperar que es posible lo imposible.
Auméntanos
la fe.
Fe
es creer en la fuerza del débil, en el poder transformador de la oración, en la
“eficacia” de la acción que sólo Dios ve.
Auméntanos
la fe.
La
fe es la llave que abre nuestro corazón para que Dios pueda curarlo y
trasformarlo, llenarlo de de alegría, de compasión y de amor.
Auméntanos
la fe.
Fe
es esperar que después de cada noche amanece un nuevo día; que tras la muerte
nos una Vida Nueva.
Auméntanos
la fe.
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