El 5 de agosto, se celebra
por todo el mundo la advocación mariana de la Virgen Blanca, conocida también
como Nuestra Señora de las Nieves.
La
tradición narra que en el s. IV, durante el pontificado del Papa Liberio, un
matrimonio romano, el patricio Juan y su esposa, a falta de hijos deseaban
conocer el destino que debían dar a sus abundantes bienes. Siendo grandes
devotos de la Virgen, Juan soñó que la Virgen le había indicado que debía
levantar un templo en su honor allí donde Ella le indicara. A la mañana
siguiente, en pleno verano, era el 5 de agosto, apareció milagrosamente nevado
el Monte Esquilino, a las afueras de la ciudad de Roma.
Narrados los hechos al Papa, éste
autorizó la construcción de un templo en dicho lugar, bajo la advocación de Santa María de las Nieves o
Virgen Blanca. Sobre sus cimientos se levantó en el s. IV la
actual Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
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