“Recemos a la Virgen María para que en el mundo
prevalezcan los programas dedicados al desarrollo, a la alimentación, a
la solidaridad, y no al odio, a los armamentos y a la guerra”.
“A imitación de Cristo, la humanidad entera está
llamada a hacer que los recursos existentes en el mundo no se pierdan, no sean
destinados a objetivos de autodestrucción del hombre, sino que sirvan a su
verdadero bien y a su legítimo desarrollo”.
“Jesús continúa también hoy quitando el hambre,
haciéndose presencia viva que da consuelo, y lo hace a través nuestro”, por lo
que “el Evangelio nos invita a estar disponibles”.
Papa Francisco - ángelus 29 de julio
2018
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