La
CEE se une a la petición del Papa de rezar cada día de octubre, mes mariano, el
Rosario
El
mes de octubre es el mes del Rosario y el papa Francisco nos invita a rezarlo
cada día para pedir a la Virgen y el Arcángel Miguel que proteja “a la Iglesia
del diablo, que siempre trata de dividirnos de Dios y entre sí”. La Red Mundial
de Oración del Papa ya ha puesto en marcha una campaña que se extenderá durante
todo el mes de octubre en los 98 países donde está presente.
Según
informa la Santa Sede en un comunicado, el Papa nos pide finalizar la
recitación del Rosario con la antigua oración Sub Tuum Praesidium, y la oración
a San Miguel Arcángel para que nos proteja y ayude en lucha contra el mal.
La
invocación “Sub tuum praesídium” dice lo siguiente:
“Sub
tuum praesídium confúgimus,
sancta
Dei Génetrix;
nostras
deprecatiónes ne despícias in necessitátibus,
sed
a perætis cunctis líbera nos sempre,
Virgo
gloriósa et benedícta “.
[Bajo
tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas
de nosotros que estamos en la prueba, y líbranos de todo peligro, o gloriosa y
bendita virgen.]
“Con
esta petición de intercesión, el Santo Padre -señala el comunicado oficial-
pide a los fieles de todo el mundo que recen para que la santa Madre de Dios
coloque a la Iglesia bajo su manto protector: para preservarla de los ataques
del malvado, el gran acusador, y hacerlo siempre al mismo tiempo más
conscientes de las fallas, los errores, los abusos cometidos en el presente y
en el pasado, y comprometidos a luchar sin vacilación para que el mal no
prevalezca”.
El
Santo Padre también pidió que el recital del Santo Rosario durante el mes de
octubre concluya con la oración escrita por León XIII:
“Sancte
Míchael Archángele, defénde nos in próelio;
contra
nequítiam et insídias diáboli esto praesídium.
Imperet
Illi deprecamur Deus, Supplices,
tuque,
Prínceps militiae Caelestis,
Sátanam
aliósque Spíritus Malignos,
aquí
para perditiónem Animarum pervagántur en Mundo,
la
virtud divina, en echar infernum. Amén”.
[San
Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sea nuestra defensa contra la
perversidad y asechanzas del demonio. Jefe supremo del ejército celestial, no
se hunden en un infierno, con la fuerza de Dios, Satanás y los otros espíritus
malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.]
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