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lunes, 12 de noviembre de 2018

LA LLAMADA A LA VIDA CONYUGAL





La llamada inmediata es a la fidelidad, pues no hay auténtica relación humana sin lealtad y fidelidad. No se puede amar solo cuando «conviene». El amor se manifiesta cuando se da todo sin reservas. Como afirma el Catecismo: «El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero» (n. 1646).

...La llamada a la vida conyugal requiere, por tanto, un discernimiento cuidadoso sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla. Para acceder al Sacramento del matrimonio, los novios tienen que madurar la certeza de que en su vínculo está la mano de Dios, que les precede y les acompaña y les permitirá decir: «Con la gracia de Dios prometo serte fiel siempre».

...No pueden prometerse fidelidad «en la alegría y en la pena, en la salud y en la enfermedad» ni amarse y honrarse todos los días de sus vidas solo sobre la base de la buena voluntad o de la esperanza de que «la cosa funcione».

Papa Francisco.


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