“Los sueños se construyen juntos»: este es el título del mensaje que la Conferencia Episcopal Española. En el documento, se señala que el título elegido para el evento recuerda un pasaje de la Encíclica “Fratelli tutti» del Papa Francisco, en la que el Pontífice afirma: “¡Qué importante es soñar juntos! Solos nos arriesgamos a tener espejismos, por lo que se ve lo que no hay; los sueños se construyen juntos». Una exhortación más pertinente que nunca en el contexto de la pandemia de Covid-19, destaca la CEE, para que, en una perspectiva de “discernimiento y sinodalidad», seamos cada vez más conscientes de que “los sueños no son nuestros, sino de Dios para nosotros, para la Iglesia que peregrina en España y que quiere lograr un renovado Pentecostés». Se trata, pues, de sueños “ad intra» de la Iglesia y “ad extra», hacia la realidad del mundo actual.
“Dios nos habla en la historia -continúan los obispos- Por ello, tenemos el reto de descubrir su voz en el grito de cada ser humano que encontramos en nuestro camino, aprendiendo a escuchar para sanar las heridas y liberar a las personas, generando espacios de escucha». De ahí la exhortación de los prelados ibéricos a la “sinodalidad», que es “un gran sueño de Dios para su Iglesia»: de hecho, “debe llevarnos a descubrir que somos un solo pueblo de Dios y que todos somos necesarios para llevar a cabo la tarea evangelizadora». Por el sacramento del bautismo, “todos debemos sentirnos llamados y enviados, discípulos y misioneros». En una Iglesia sinodal, continúa el mensaje, los laicos no son “actores secundarios, sino protagonistas, junto con los pastores y los religiosos, de la misión de anunciar el Evangelio».
Pero los obispos advierten: “Para hacer realidad este sueño, es imprescindible evitar caer en la tentación del clericalismo, como si los laicos fueran cristianos de segunda categoría, para implicarse sólo en las tareas intraeclesiales y en la organización del trabajo pastoral». Por el contrario, la sinodalidad debe conducir a una “comunión» viva entre Movimientos y Asociaciones, en relación con las diócesis y las parroquias, gracias al “alimento diario de la Eucaristía». El sueño de una Iglesia sinodal, por tanto -reitera el mensaje episcopal- se traduce en “una Iglesia en salida, fraterna, que acompaña, tiende puentes de diálogo, va al encuentro de los que piensan diferente» y combate “la cultura del descarte».
La sociedad española actual, continúa el documento, está herida por “problemas sanitarios, económicos, laborales y sociales» y por ello espera que la Iglesia sea “compañera de camino en medio de tantas encrucijadas e incertidumbres», siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano que “ante el sufrimiento, nos desafía a dejar de lado toda indiferencia para hacernos cercanos a todos», “encarnando el mensaje evangélico de amor y misericordia y promoviendo la caridad política». No es casualidad, subraya la CEE, que el compromiso en la vida pública “sea propio y peculiar de los laicos», que contribuyen a que la Iglesia “salga de sus sacristías para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad, construir puentes, derribar muros, sembrar reconciliación».
“Esta jornada puede servir, por tanto, de estímulo para seguir soñando con esperanza en este proceso de impulso y promoción del laicado en España».
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