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sábado, 31 de agosto de 2019

UNA ESPIRITUALIDAD CENTRADA EN EL SEGUIMIENTO DE JESÚS




Los ejercicios espirituales suponen una experiencia personal que transforma la vida, al profundizar y enriquecer nuestra relación con Aquel que nos ama. Por eso la ACG vuelve a ofrecer este espacio de encuentro íntimo e interpelante con el Señor, que estará acompañado por Vicente Altaba, director del IET San Joaquín Royo.

“SEGUIR A JESÚS… Una espiritualidad centrada en el seguimiento de Jesús” se propone como camino para hacernos crecer en santidad y ser felices en el ejercicio de nuestro compromiso caritativo y social. Una espiritualidad enraizada en el espíritu de las bienaventuranzas, encarnada y comprometida, que transforma nuestro estilo de vivir y nos convierte al Espíritu que animó la vida entera de Jesús.

Te invitamos y animamos a participar en ellos. La Acción Católica General te brinda este espacio. Tú solo tienes que poner el tiempo gratuito, la mente abierta y el corazón dispuesto.

Lugar: Casa de Espiritualidad Madre Ràfols (Teruel)

Fechas: 7 al 12 de septiembre de 2019

Infórmate e inscríbete en los teléfonos: 619 84 49 46 / 978 60 87 55

domingo, 25 de agosto de 2019

JESÚS CON TODOS NOSOTROS




“Jesús con todos nosotros. Pensemos en esto cuando estamos en malos momentos, en momentos de pecado, en momentos de tristeza. Ahí está Jesús que nos dice: «Miradme: ¡estoy aquí! Tomemos la mano de Jesús y dejémonos levantar. Pedro y Juan nos enseñan a no confiar en los medios, que también son útiles, sino en la verdadera riqueza que es la relación con el Resucitado. En efecto, somos —como diría san Pablo— «como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos» (2 Corintios 6, 10).”

“Todo nuestro es el Evangelio, que manifiesta el poder del nombre de Jesús que hace maravillas. ¿Y qué tenemos cada uno de nosotros? ¿Cuál es nuestra riqueza, cuál es nuestro tesoro? ¿Qué podemos hacer para enriquecer a los demás? Pidamos al Padre el don de un recuerdo agradecido al recordar los beneficios de su amor en nuestras vidas, para dar a todos el testimonio de alabanza y gratitud. No olvidemos: la mano siempre extendida para ayudar al otro a levantarse; es la mano de Jesús la que a través de nuestra mano ayuda a otros a levantarse.”

Papa Francisco

viernes, 23 de agosto de 2019

AL CALOR DEL EVANGELIO




Este libro quiere ser una ayuda para quienes oran y celebran la vida mirando al Evangelio y a sus hermanos, a la creación y a la historia. Es una recopilación de plegarias, salmos y gritos nacidos al calor y a la escucha de los textos evangélicos que se proclaman los domingos del Tiempo Ordinario de la liturgia cristiana.

Está escrito con lenguaje nacido de las entrañas, vivo y cercano, claro y actual, sencillo y hondo, personal y comunitario. Expresa y recoge muchas vivencias y sentimientos hechos plegaria y diálogo con Dios de la forma más humana que el autor sabe y puede comunicar.

Florentino Ulibarri (Viloria-Navarra, 1948) es un cristiano laico, casado, ya jubilado, dedicado a la educación y formación humana y cristiana de personas, grupos y comunidades de todas las edades. Experto en catequesis, ha trabajado en la Asociación de Comunidades Cristianas Fe y Justicia, en la Delegación de Catequesis de la Diócesis de Bilbao y ha sido responsable del Departamento de Catequesis de las Misiones de Lengua Española en Alemania. Ha publicado "Gritos y plegarias", "Sal y luz", "Compartir, nuevo libro de confirmación", "Conocer, gustar y vivir la Palabra", "Al viento del Espíritu", y ha colaborado en otros muchos.

jueves, 22 de agosto de 2019

SANTA MARíA REINA




Celebramos a la Santísima Virgen María como Reina. María es Reina por ser Madre de Jesús. Rey del Universo.

La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XII, en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.

María ha sido elevada sobre la gloria de todos los santos y coronada de estrellas por su divino Hijo. Está sentada junto a Él y es Reina y Señora del universo.

María fue elegida para ser Madre de Dios y ella, sin dudar un momento, aceptó con alegría. Por esta razón, alcanza tales alturas de gloria. Nadie se le puede comparar ni en virtud ni en méritos. A Ella le pertenece la corona del Cielo y de la Tierra.

María está sentada en el Cielo, coronada por toda la eternidad, en un trono junto a su Hijo. Tiene, entre todos los santos, el mayor poder de intercesión ante su Hijo por ser la que más cerca está de Él.

La Iglesia la proclama Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes. Es Reina del Cielo y de la Tierra, gloriosa y digna Reina del Universo, a quien podemos invocar día y noche, no sólo con el dulce nombre de Madre, sino también con el de Reina, como la saludan en el cielo con alegría y amor los ángeles y todos los santos.

La realeza de María no es un dogma de fe, pero es una verdad del cristianismo. Esta fiesta se celebra, no para introducir novedad alguna, sino para que brille a los ojos del mundo una verdad capaz de traer remedio a sus males.

miércoles, 21 de agosto de 2019

MARÍA, UNA EXTRAORDINARIA MUJER



Hace treinta años que comienzo la homilía de este día con la misma explicación. A pesar de ello, descubro una y otra vez, que hay personas que no se han enterado de la diferencia entre Inmaculada Concepción y Concepción virginal de María.

"Inmaculada" hace referencia al momento en que María fue concebida. Esa doctrina nos dice que María fue concebida sin ningún rastro de pecado, incluido el "pecado original", desde el primer instante. Como por otra parte es doctrina de la Iglesia que María no cometió pecado alguno, quiere decir que nunca tuvo la más mínima mancha de pecado.

La virginidad hace referencia a la concepción de Jesús por María. Es tradición común en la Iglesia, que María concibió a Jesús, no como los demás seres humanos, es decir, mediante el concurso de una mujer y un varón, sino que la parte que correspondía al varón la suplió el Espíritu Santo...

La doctrina de la Inmaculada es un dogma, proclamado por Pío IX en 1854, es decir, hace más de siglo y medio. Puede ser interesante recordar el proceso histórico que llevó a esta formulación.

Ni los evangelios ni los Padres de la Iglesia hablan para nada de María inmaculada. La razón es muy simple, no se había elaborado la idea que hoy tenemos del pecado original. Así de sencillo. El concepto de pecado original, tal como ha llegado hasta nosotros, fue elaborado por S. Agustín.

En cuanto se creyó firmemente, que todos los hombres nacían con una mancha o pecado (mácula), se empezó a pensar en una María in-maculada. Este pensamiento caló muy pronto en el pueblo sencillo, siempre abierto a todo lo que estimule su sensibilidad. En el siglo VII ya se celebraba una fiesta de la Inmaculada.

Durante toda la Edad Media, se mantuvo una violenta discusión entre los "inmaculistas" y los "maculistas". Entre los más de doscientos teólogos importantes, que no creían en la inmaculada, encontramos a figuras tan destacadas y tan marianas como San Bernardo, San Alberto Magno, San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino. Esto nos muestra que lo que pensaban no tiene nada que ver con la mayor o menor devoción a Maria.

San Bernardo, el santo más devoto de María, dice en el año 1140:

"Esa invocación (Inmaculada) ignorada de la Iglesia, no aprobada por la razón y desconocida de la tradición antigua".

Hay que dejar claro que la discusión se centraba en un punto muy concreto: ¿La santificación de María, que nadie discute, se realizó en el "primer instante" o "un instante después?"

Fue Juan Duns Escoto el que, por fin, dio con el argumento "decisivo". "A Dios le convenía que su madre fuera inmaculada. Como Dios, puede hacer todo lo que quiera. Lo que Dios ve como conveniente lo hace; luego Dios lo hizo" (y se quedó tan ancho).

Ni la idea de Dios ni la idea de salvación ni la idea de pecado original que se manejaba en aquellas discusiones, puede ser sostenida hoy. ¡Tantos esfuerzos teológicos y tantas discusiones para nada!

Aunque la realidad del pecado original es un dogma, los exegetas nos dan hoy una explicación del relato del Génesis que no es compatible con la idea de pecado original desarrollada por S. Agustín: "una tara, mancha o defecto, casi físico, que se trasmite por generación a todos los hombres".

Menos sostenible aún es que la culpa la tengan Adán y Eva. La arqueología nos está demostrando, cada día con mayor claridad, que no ha existido ningún Adán creado directamente por Dios. El paso de los homínidos al "homo sapiens" ha sido mucho más gradual y lento de lo que nos habíamos creído. No digamos nada del paso de los simios a los homínidos. En ese proceso que ha durado millones de años, no hay manera de colocar una línea divisoria entre un simio y lo que sería un ser humano.

El pecado, incluído el original, no es ningún virus o bacteria que se pueda traer o llevar, quitar o poner. El primer "fallo" (¿pecado?) en el hombre, es consecuencia de su capacidad de conocimiento. En cuanto tuvo capacidad de conocer y por lo tanto de elegir, falló. El fallo no se debe al conocimiento, sino a un conocimiento limitado, que le hace tomar por bueno, lo que es malo para él. La voluntad humana elige siempre el bien, pero ella no es capaz de discernir lo bueno de lo malo, tiene que aceptar lo que le propone el conocimiento.

Lo que todos heredamos es esa limitación radical para conocer claramente el bien. Esta carencia no es ningún fallo de la criatura, sino que pertenece a su misma esencia. Sin limitación no podría haber creación. Una criatura perfecta, sería el mismo Dios.

El concepto de pecado como ofensa a Dios por la que puede tomar represalias, necesita una revisión profunda y urgente. Creer que la acción de un hombre puede influir en lo que Dios es, no tiene ni pies ni cabeza. Creer que los errores que comete un ser humano pueden causar una reacción por parte de Dios, es ridiculizarlo. Dios es impasible, no puede cambiar nunca. Es amor y lo será siempre y para todos.

Al fallar, yo me hago daño a mí mismo y a las demás criaturas, nunca a Dios. Sea yo lo que sea, la oferta de amor por parte de Dios se mantiene siempre invariable. Pero esa oferta no la puede hacer Dios desde fuera de mí. Para Él no hay afuera. Lo divino es el fundamento, la base de mi propio ser. Nada puede cambiarlo. Ahí puedo volver en todo momento para descubrirlo y vivirlo. La salvación de Jesús consiste en que nos mostró el camino de esa realidad.

El dogma dice: "por un singular privilegio de Dios". En sentido estricto, Dios no puede tener privilegios con nadie. Dios no puede dar a un ser lo que niega a otro. El amor en Dios es su esencia. Dios no tiene nada que dar, o se da Él mismo o no da nada. Nada puede haber fuera de Dios. Además no tiene partes. Si se da, se da totalmente, infinitamente. Lo que nos dice Jesús es que Dios se ha dado a todos.

Esto no quiere decir que María no sea un ser extraordinario. Al contrario desde aquí es desde donde podemos valorar la grandeza de su singularidad. Ella fue lo que fue porque descubrió y vivió esa realidad de Dios en ella.

Todo lo que tiene de ejemplaridad para nosotros se lo debemos a ella, no a que Dios le haya colmado de privilegios. Puede ser ejemplo porque podemos seguir su trayectoria y podemos descubrir y vivir lo que ella descubrió y vivió. Si seguimos considerando a María como una privilegiada, seguiremos pensando que ella fue lo que fue gracias a algo que nosotros no tenemos, por lo tanto, todo intento de imitarla sería vano.

Hablar de María como Inmaculada tiene un sentido mucho más profundo que la posibilidad de que se le haya quitado un pecado antes de tenerlo. Hablar de la Inmaculada es tomar conciencia de que en un ser humano (María) hubo algo, en lo más hondo de su ser, que fue siempre limpio, puro, sin mancha alguna, inmaculado.

Lo verdaderamente importante es que, si se da en un solo ser humano, podemos tener la garantía de que se da en todos. Esa parte de nuestro ser que nada ni nadie puede manchar, es nuestro auténtico ser. Es el tesoro escondido, la perla preciosa. Para descubrir esa realidad "inmaculada" tenemos que bajar hasta lo más hondo de nuestro ser.

Si intentamos bajar a esas profundidades, descubriremos primero los horrores de nuestro falso yo. Será como entrar en un desván lleno de muebles rotos, ropa vieja, telarañas, suciedad. Al encontrarnos con esa realidad, la tentación es salir corriendo, porque tendemos a pensar que no somos más que eso. Pero si tienes la valentía de seguir bajando, si descubres que eso que crees ser, es falso, encontrarás tu verdadero ser luminoso y limpio, porque es lo que hay de divino en ti...

Si celebramos hoy una fiesta de María Inmaculada es para descubrir la cercanía de Dios en ella y a través de ella. En ella podemos encontrar las maravillas de Dios hechas realidad y palpables.

Pero lo singular de María es que hace presente a Dios como mujer, es decir, podemos descubrir en ella lo femenino de Dios. Para una sociedad que sigue siendo machista debería ser un aldabonazo. Esto es lo que hace a María atractiva, porque Él se manifiesta en la misma esencia de María.

María es grande porque descubrió y vivió lo divino que había en ella. No son las cualidades externas, ni los capisayos que nosotros le hemos puesto a través de los siglos, los que hacen grande a María, sino haber descubierto su mismo ser fundado en Dios y haber desplegado su vida desde esta realidad fundante.

La necesidad de esta fiesta de María, es consecuencia de una desviación a la hora de proclamar exclusivamente la divinidad de Jesús, hasta el extremo de olvidarnos que fue un ser humano como nosotros. Todas las herejías cristológicas se han producido por excesos: o bien se afirmaba que Jesús era demasiado humano, negando su divinidad; o se potenciaba tanto la divinidad, que se negaba prácticamente su humanidad.

Nadie ha hablado nunca ni se le ocurrirá hablar, de un Jesús inmaculado. ¿Por qué? Sencillamente, porque nos hemos imaginado que no es hijo de Adán. Si es verdadero Dios, es impensable que pueda tener mancha alguna. Solo el que puede tener una "mácula" puede ser inmaculado. Fijaros bien. María fue liberada del pecado original por los méritos de Cristo, pero Jesús no necesitó que nadie le salvara; ni siquiera se tuvo que salvar él mismo. No es fácil de asimilar.

Meditación-contemplación

"Él nos eligió, antes de crear el mundo, para que fuésemos inmaculados".
Esa elección es para todos sin excepción.
No es una posibilidad sino la realidad fundante que me hace ser.
Descubrirla y vivirla sí depende de mí.

No es nada fácil descubrir lo divino que hay en ti,
porque está escondido bajo toneladas de basura.
Mi tarea, que puede durar toda una vida,
es apartar la porquería y llegar hasta el tesoro.

No dejes que nadie te convenza de que eres basura.
No te desanimes.
No basta con haber oído que está ahí.
Es necesario experimentar esa presencia de manera inequívoca.



Fray Marcos

martes, 20 de agosto de 2019

PROCLAMA MI ALMA




Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Nadie ha hecho tanto por nosotros como nuestro Dios:
nos salvó ya desde siempre
sin ser nosotros conscientes de ello,
hasta pasado algún tiempo;
nos ha colmado de tantos favores,
que muchos envidian nuestra suerte.

Por eso, con María y como ella, decimos:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Nosotros se lo debemos todo a nuestro Dios,
que es santo y poderoso,
que es fiel y nunca falta a su palabra,
que está en el corazón de cada hombre
y desea nuestro bien.

Por eso, exultamos de gozo y con María le cantamos:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mí salvador.

A Dios no le agradan los que están seguros de sí mismos,
pues se dejan engañar por su corazón.
Le complacen los sencillos y limpios de corazón.
A los pobres y humildes que viven sin pretensiones
les pone por encima de los señores de engreído corazón
y por encima de los que buscan a Dios en el dinero y el poder.

Llenos de gozo, digamos, pues, con María:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

A nosotros nos ha llamado Dios a vivir
en pobreza, castidad y obediencia,
a fin de estar así más disponibles para la misión.
El está siempre con nosotros, animando con su Espíritu
nuestra existencia y nuestra palabra.

Por eso, gozosos y agradecidos le cantamos, con María:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

EI nos ha hecho comprender que su amor reposa
en las comunidades de creyentes;
y nos ha concedido el poder compartir con otros,
en la vida comunitaria,
toda la riqueza de su plan de salvación.

Con agradecido corazón, como el de María, cantamos:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

El nos ha hecho depositarias de su gracia,
de su paz y de su amor, de su palabra y su perdón,
y nos ha enviado para que lo transmitamos
a todos los hombres de buena voluntad,
de generación en generación.

Por eso, gozosos le cantamos con María:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
ÉI nos ha dado como madre a María.

Por eso, con ella, exultantes de gozo le cantamos:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador

lunes, 19 de agosto de 2019

APRENDER A ACERCARSE AL CORAZÓN DE MARÍA




La Virgen es para los cristianos ejemplo y modelo. Ella fue quien vivió más perfectamente la vida cristiana. Ella, desde el inicio de su vida, fue imbuida por el Espíritu Santo quien la condujo por el camino de la santidad.

La Virgen fue la primera que abrió su alma para acoger a Dios que se le dio en su Palabra (cf. Lc 1, 26-35). Ella vivía en una constante actitud de escucha. Estaba, como la mayoría de las mujeres de su tiempo, a la espera del Mesías con un corazón abierto a recibirlo. El Evangelio que más nos ayuda a aprender de María a acoger la Palabra de Dios es el de la anunciación. Nos dice el texto que el ángel le invita a la alegría porque esta llena de gracia. Nosotros en nuestra vida de oración también estamos llenos de la presencia de Dios; llenos de gracia. Esa debe ser nuestra alegría. Por lo que, aprender de María a escuchar a Palabra de Dios es aprender de ella también a vivir en la alegría de los hijos de Dios. A pronunciar con gozo el Magníficat (Lc 1, 46-55) porque el Señor se ha fijado en nosotros para hacer en nosotros su morada. Claramente que el texto de la anunciación habla de un cierto temor “¿Cómo será esto posible, si no conozco varón?” (Lc 1, 34). Pero es un temor invadido por la certeza del autor del mensaje. Dios es el que se comunica con ella y esa es su paz. También a nosotros, en la Palabra, es Dios que se nos esta manifestando. Por lo tanto, esta es nuestra seguridad. Aunque a veces no entendamos el mensaje de Dios y pensemos en nuestro corazón ¿Cómo va a ser esto? Adoptemos las actitudes de abandono y de confianza en María y respondamos como ella: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).

Oración:

Virgen María, toma mi mano y llévame a Jesús. Quiero seguir tus huellas, pronunciar tus palabras, tener tus mismas actitudes, amar con tu corazón. Condúceme por el camino que ya has recorrido. Jesús te ha querido hacer mi Madre para que me enseñes a ir a Él. Nunca dejes de ser la Madre que en lo oculto busca mi bien y lo alcanza de su Hijo. Quédate conmigo, Madre mía, que en ti me siento seguro.

Amén

domingo, 18 de agosto de 2019

LA PARTICIPACIÓN DE MARÍA EN LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS




CATEQUESIS DEL PAPA


Durante la audiencia general del miércoles 12 de marzo de 1997


1. El concilio Vaticano II, después de recordar la intervención de María en las bodas de Caná, subraya su participación en la vida pública de Jesús: "Durante la predicación de su Hijo, acogió las palabras con las que éste situaba el Reino por encima de las consideraciones y de los lazos de la carne y de la sangre, y proclamaba felices (cf. Mc 3, 35 par.; Lc 11, 27-28) a los que escuchaban y guardaban la palabra de Dios, como ella lo hacía fielmente (cf. Lc 2, 19 y 51)" (Lumen gentium, 58).

El inicio de la misión de Jesús marcó también su separación de la Madre, la cual no siempre siguió al Hijo durante su peregrinación por los caminos de Palestina. Jesús eligió deliberadamente la separación de su Madre y de los afectos familiares, como lo demuestran las condiciones que pone a sus discípulos para seguirlo y para dedicarse al anuncio del reino de Dios.

No obstante, María escuchó a veces la predicación de su Hijo. Se puede suponer que estaba presente en la sinagoga de Nazaret cuando Jesús, después de leer la profecía de Isaías, comentó ese texto aplicándose a sí mismo su contenido (cf. Lc 4, 18-30). ¡Cuánto debe de haber sufrido en esa ocasión, después de haber compartido el asombro general ante las "palabras llenas de gracia que salían de su boca" (Lc 4, 22), al constatar la dura hostilidad de sus conciudadanos, que arrojaron a Jesús de la sinagoga e incluso intentaron matarlo! Las palabras del evangelista Lucas ponen de manifiesto el dramatismo de ese momento: "Levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó" (Lc 4, 29-30).

María, después de ese acontecimiento, intuyendo que vendrían más pruebas, confirmó y ahondó su total adhesión a la voluntad del Padre, ofreciéndole su sufrimiento de madre y su soledad.

2. De acuerdo con lo que refieren los evangelios, es posible que María escuchara a su Hijo también en otras circunstancias. Ante todo en Cafarnaúm, adonde Jesús se dirigió después de las bodas de Caná, "con su madre y sus hermanos y sus discípulos" (Jn 2, 12). Además, es probable que lo haya seguido también, con ocasión de la Pascua, a Jerusalén, al templo, que Jesús define como casa de su Padre, cuyo celo lo devoraba (cf. Jn 2, 16-17). Ella se encuentra asimismo entre la multitud cuando, sin lograr acercarse a Jesús, escucha que él responde a quien le anuncia la presencia suya y de sus parientes: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen" (Lc 8, 21).

Con esas palabras, Cristo, aun relativizando los vínculos familiares, hace un gran elogio de su Madre, al afirmar un vínculo mucho más elevado con ella. En efecto, María, poniéndose a la escucha de su Hijo, acoge todas sus palabras y las cumple fielmente.
Se puede pensar que María, aun sin seguir a Jesús en su camino misionero, se mantenía informada del desarrollo de la actividad apostólica de su Hijo, recogiendo con amor y emoción las noticias sobre su predicación de labios de quienes se habían encontrado con él.

La separación no significaba lejanía del corazón, de la misma manera que no impedía a la madre seguir espiritualmente a su Hijo, conservando y meditando su enseñanza, como ya había hecho en la vida oculta de Nazaret. En efecto, su fe le permitía captar el significado de las palabras de Jesús antes y mejor que sus discípulos, los cuales a menudo no comprendían sus enseñanzas y especialmente las referencias a la futura pasión (cf. Mt 16, 21-23; Mc 9, 32; Lc 9, 45).

3. María, siguiendo de lejos las actividades de su Hijo, participa en su drama de sentirse rechazado por una parte del pueblo elegido. Ese rechazo, que se manifestó ya desde su visita a Nazaret, se hace cada vez más patente en las palabras y en las actitudes de los jefes del pueblo.

De este modo, sin duda habrán llegado a conocimiento de la Virgen críticas, insultos y amenazas dirigidas a Jesús. Incluso en Nazaret se habrá sentido herida muchas veces por la incredulidad de parientes y conocidos, que intentaban instrumentalizar a Jesús (cf. Jn 7, 2-5) o interrumpir su misión (cf. Mc 3, 21).

A través de estos sufrimientos, soportados con gran dignidad y de forma oculta, María comparte el itinerario de su Hijo "hacia Jerusalen" (Lc 9, 51) y, cada vez más unida a él en la fe, en la esperanza y en el amor, coopera en la salvación.

4. La Virgen se convierte así en modelo para quienes acogen la palabra de Cristo. Ella, creyendo ya desde la Anunciación en el mensaje divino y acogiendo plenamente a la Persona de su Hijo, nos enseña a ponernos con confianza a la escucha del Salvador, para descubrir en él la Palabra divina que transforma y renueva nuestra vida. Asimismo, su experiencia nos estimula a aceptar las pruebas y los sufrimientos que nos vienen por la fidelidad a Cristo, teniendo la mirada fija en la felicidad que ha prometido Jesús a quienes escuchan y cumplen su palabra.

sábado, 17 de agosto de 2019

PELÍCULAS PARA VER AL VERANO




Las películas que hemos recopilado, que tienen como eje la figura del profesor y tratan diferentes aspectos de la educación. Podéis comentar sobre vuestras preferencias o nuevos títulos en los comentarios o en nuestras páginas en las redes sociales. ¡A disfrutar!
-       El club de los poetas muertos: Con un reparto encabezado por Robin Williams, Robert Sean Leonard y Ethan Hawke, esta cinta se estrenó en 1989. Ambientada en la exclusiva Academia Walton de Nueva Inglaterra, la llegada del nuevo profesor de Literatura y sus novedosos métodos de enseñanza son el contrapunto a las estrictas reglas académicas de este centro escolar. Robin Williams encarna a John Keating, un docente con el que un grupo de estudiantes aprenderá a luchar por sus sueños y a no rendirse. También descubrirán el significado de la expresión latina ‘carpe diem’.

-       Los chicos del coro: Basada en la película de 1945 ‘La jaula de los ruiseñores’, ‘Los chicos del coro’ es una cinta francesa ambientada a finales de los años 40: hasta un internado de reeducación de menores llega Clément Mathieu, que utilizará la música y el canto para cambiar las vidas de un grupo de jóvenes para siempre.

-       La lengua de las mariposas: Jose Luis Cuerda dirigió esta película en 1999, con un reparto encabezado por Fernando Fernán Gómez. Encarna a Don Gregorio, un docente de un pequeño pueblo de Galicia que simpatiza con la Segunda República y que establece una relación muy especial (a las puertas de la Guerra Civil Española) con Moncho, un niño de corta edad al que le inculcará junto al resto de sus compañeros el amor a la poesía, la naturaleza y la libertad.

-       El indomable Will Hunting: Rebelde y con una gran capacidad intelectual. Así es Will Hunting, un joven de Boston con una capacidad innata para las matemáticas; el destino ha querido que en su camino se cruce con el del profesor y terapeuta Sean McGuire que le ayudará a reconducir esta asombrosa habilidad y a superar los problemas emocionales que ha ido arrastrando a lo largo de su vida. Se estrenó en 1997 y en ella participan Robin Williams, Matt Damon, Ben Affleck, Mini Driver…

-       La clase: El abandono escolar, la falta de educación, la inmigración o la necesidad de estimular a los alumnos son algunos de los temas que plantea la película ‘La clase’. El hilo conductor es un joven profesor de lengua francesa que imparte clases en un instituto multiétnico de un barrio marginal de París.

-       Lecciones inolvidables: Junto a algunas de las propuestas que hemos incluido como, por ejemplo, Rebelión en las aulas o Diarios de la calle, forma parte de ese grupo de películas en las que la llegada de un nuevo profesor a un centro conflictivo marcará un antes y un después para sus alumnos,  estudiantes sin aspiraciones y con una actitud conformista que aprenderán lo que significa luchar. La protagoniza Edward James Olmos y está basada en la vida de Jaime A. Escalante, docente de Matemáticas.

-       Música del corazón: No sólo se adentra en el mundo de la enseñanza sino que también es una historia de superación personal, en concreto la de la violinista Roberta Guaspari a la que interpreta Meryl Streep. Guaspari enseñará a un grupo de alumnos de Harlem a tocar el violín, transmitiéndoles toda su energía y pasión hacia este instrumento musical.

-       La sonrisa de Mona Lisa:Ambientada en el año 1953, ‘La sonrisa de Mona Lisa’ es una crítica al papel de la mujer en aquellos días. Hasta el colegio femenino de Wellesley llega la profesora de arte Katherine Watson (Julia Roberts) que enseñará a sus alumnas la importancia de pensar por sí mismas y que más allá de ser buenas esposas y madres la vida les puede proporcionar otras muchas posibilidades.

-       Diarios de la calle: En esta película, la actriz Hilary Swank interpreta a Erin Gruwell, una docente que imparte clases en un instituto multiétnico en el que la violencia o el racismo son frecuentes. Para acercarse a sus estudiantes y ayudarles, Gruwell les descubre personajes como Ana Frank y les propone escribir a cada uno de ellos su propia historia y experiencias que compartirán con el resto de sus compañeros.

-       Rebelión en las aula: Sidney Poitier encabeza este clásico del cine, que tiene lugar en una escuela conflictiva. Poitier encarna a un ingeniero en paro que, hasta que le salga un trabajo que verdaderamente le interese, acepta un empleo como de maestro este centro. Tendrá el difícil cometido de ganarse la confianza de un grupo de estudiantes desmotivados, difíciles y rebeldes.

-       Película Mentes Peligrosas1. Mentes peligrosas: Estrenado en 1995, este drama fue protagonizado por la actriz Michelle Pfeiffer, que da vida a una exmarine que llega a un instituto marginal de California; sus estudiantes son conflictivos y ganarse su respeto no será fácil. La llave para aproximarse a estos chavales será la poesía, y les ayudará no sólo a graduarse sino que también les trasmitirá contenidos morales y éticos para el día de mañana.

-       La Ola: En 2008, Dennis Gansel dirigió esta película alemana. ¿Su lema? ‘El poder mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción y fuerza a través del orgullo’. El punto de partida es un experimento que decide llevar a cabo un profesor de un colegio alemán para explicar a sus alumnos cómo funcionan los gobiernos autoritarios. La situación desembocará en un conflicto de consecuencias desproporcionadas e inimaginables: violencia, vandalismo, aislamiento por parte de un grupo de estudiantes…

-       Hoy empieza todo: ‘Hoy empieza todo’ forma parte de las películas de cine social y fue rodada con técnicas propias de los documentales. La cinta es una crítica a la burocracia del sistema y a lo indiferente que puede llegar a ser. Está ambientada en un pueblo al norte de Francia, donde una parte importante de sus habitantes se encuentra en paro a consecuencia de la crisis del sector minero; situación que aprovecha el director de la escuela infantil de la localidad para pedir ayuda y apoyo a las familias de los estudiantes y al resto de la comunidad. La película plantea de trasfondo otras situaciones difíciles: abusos, desestructuración familiar, alcoholismo…

viernes, 16 de agosto de 2019

ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA



También hoy de manera sinfónica todas las Santas Iglesias de oriente y de occidente celebran al Señor glorificado en el Espíritu Santo para la gloria del Padre en la solemnidad de la Asunción gloriosa de la siempre bienaventurada Virgen.

Esta fiesta antiquísima procede de Jerusalén y recibe varios  nombres, ya sea kóimêsis (dormición) o análêmpsis (asunción).

En sustancia celebran el mismo misterio: la glorificación de la Virgen como esperanza de la glorificación de  toda la Iglesia en Cristo.

María fue asimilada total y para siempre a la gloria del Señor Resucitado.

La que concibió el Verbo de Dios por obra del Espíritu Santo ha sido asunta a la gloria del Hijo en el Espíritu Santo en su condición maternal y virginal, cuerpo y alma.

Realmente es una fiesta mayor.

La celebración de los santos Misterios y de la Liturgia de las Horas ofrece un riquísimo tesoro litúrgico, de una extraordinaria profundidad. Celebremos con gozo la Asunción de la Virgen.

Complace transcribir el n. 69 de la Lumen Gentium: "Es motivo de gran gozo y consuelo para este santo Concilio el que también entre los hermanos separados no falten quienes tributan el debido honor a la Madre del Señor y Salvador, especialmente entre los Orientales, que concurren con impulso ferviente y ánimo devoto al culto de siempre Virgen Madre de Dios. Ofrezcan todos los fieles súplicas apremiantes a la Madre de Dios y Madre de los hombres para que ella, que ayudó con sus oraciones a la Iglesia naciente, también ahora, ensalzada en el cielo por encima de todos los ángeles y bienaventurados, interceda en la comunión de todos los santos ante su Hijo, hasta que todas las familias de los pueblos, tanto los que se honran con el título de cristianos como los que todavía desconocen a su Salvador, lleguen a reunirse felizmente, en paz y concordia, en un solo Pueblo de Dios, para gloria de la Santísima e indivisible Trinidad».

De la mistagogía de los Padres:

"Queriendo crear una imagen de la belleza absoluta y manifestar claramente a los ángeles y a los hombres la potencia de su arte, Dios ha hecho a María totalmente bella. Ha reunido en ella las bellezas parciales que ha distribuido a las otras criaturas y la ha constituido como el común ornamento de todos los seres visibles e invisibles; o mejor, ha hecho de ella como una plenitud de todas las perfecciones divinas, angélicas y humanas, una belleza sublime que embellece los dos mundos, elevándola de la tierra hasta el cielo y sobrepasando incluso este último».

San Gregorio Palamás (1296-1359)

jueves, 15 de agosto de 2019

EVANGELIO DÍA DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA




EVANGELIO: Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:

- «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú, que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

María dijo:

- «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres-, en favor de Abrahán y su descendencia para siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

miércoles, 14 de agosto de 2019

EN EL MAGNÍFICAT MARÍA CELEBRA LA OBRA ADMIRABLE DE DIOS




Catequesis de Juan Pablo II (6-XI-96)


1. María, inspirándose en la tradición del Antiguo Testamento, celebra con el cántico del Magníficat las maravillas que Dios realizó en ella. Ese cántico es la respuesta de la Virgen al misterio de la Anunciación: el ángel la había invitado a alegrarse; ahora María expresa el jubilo de su espíritu en Dios, su salvador. Su alegría nace de haber experimentado personalmente la mirada benévola que Dios le dirigió a ella, criatura pobre y sin influjo en la historia.

Con la expresión Magníficat, versión latina de una palabra griega que tenía el mismo significado, se celebra la grandeza de Dios, que con el anuncio del ángel revela su omnipotencia, superando las expectativas y las esperanzas del pueblo de la alianza e incluso los más nobles deseos del alma humana.

Frente al Señor, potente y misericordioso, María manifiesta el sentimiento de su pequeñez: "Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava" (Lc 1,46-48). Probablemente, el término griego tapeinosis está tomado del cántico de Ana, la madre de Samuel. Con él se señalan la "humillación" y la "miseria" de una mujer estéril (cf. 1 S 1,11), que encomienda su pena al Señor. Con una expresión semejante, María presenta su situación de pobreza y la conciencia de su pequeñez ante Dios que, con decisión gratuita, puso su mirada en ella, joven humilde de Nazaret, llamándola a convertirse en la madre del Mesías.

2. Las palabras "desde ahora me felicitarán todas las generaciones" (Lc 1,48), toman como punto de partida la felicitación de Isabel, que fue la primera en proclamar a María "dichosa" (Lc 1,45). El cántico, con cierta audacia, predice que esa proclamación se irá extendiendo y ampliando con un dinamismo incontenible. Al mismo tiempo, testimonia la veneración especial que la comunidad cristiana ha sentido hacia la Madre de Jesús desde el siglo I. El Magníficat constituye la primicia de las diversas expresiones de culto, transmitidas de generación en generación, con las que la Iglesia manifiesta su amor a la Virgen de Nazaret.

3. "El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación" (Lc 1,49-50).

¿Qué son esas "obras grandes" realizadas en María por el Poderoso? La expresión aparece en el Antiguo Testamento para indicar la liberación del pueblo de Israel de Egipto o de Babilonia. En el Magníficat se refiere al acontecimiento misterioso de la concepción virginal de Jesús, acaecido en Nazaret después del anuncio del ángel.

En el Magníficat, cántico verdaderamente teológico porque revela la experiencia del rostro de Dios hecha por María, Dios no sólo es el Poderoso, pare el que nada es imposible, como había declarado Gabriel (cf. Lc 1,37), sino también el Misericordioso, capaz de ternura y fidelidad para con todo ser humano.

4. "Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón; derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos" (Lc 1,51-53).

Con su lectura sapiencial de la historia, María nos lleva a descubrir los criterios de la misteriosa acción de Dios. El Señor, trastrocando los juicios del mundo, viene en auxilio de los pobres y los pequeños, en perjuicio de los ricos y los poderosos, y, de modo sorprendente, colma de bienes a los humildes, que le encomiendan su existencia (cf. Redemptoris Mater, 37).

Estas palabras del cántico, a la vez que nos muestran en María un modelo concreto y sublime, nos ayudan a comprender que lo que atrae la benevolencia de Dios es sobre todo la humildad del corazón.

5. Por ultimo, el cántico exalta el cumplimiento de las promesas y la fidelidad de Dios hacia el pueblo elegido: "Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre" (Lc 1,54-55).

María, colmada de dones divinos, no se detiene a contemplar solamente su caso personal, sino que comprende que esos dones son una manifestación de la misericordia de Dios hacia todo su pueblo. En ella Dios cumple sus promesas con una fidelidad y generosidad sobreabundantes.

El Magníficat, inspirado en el Antiguo Testamento y en la espiritualidad de la hija de Sión, supera los textos proféticos que están en su origen, revelando en la "llena de gracia" el inicio de una intervención divina que va mas allá de las esperanzas mesiánicas de Israel: el misterio santo de la Encarnación del Verbo.