ALELUYA, ALELUYA,
HA NACIDO EL SALVADOR
Escuchad hermanos, una gran noticia:
«Hoy en Belén de Judá,
os ha nacido el Salvador».
Escuchad hermanos, una gran noticia:
«Gloria en los cielos a Dios
y en la tierra al hombre paz».
Escuchad hermanos, una gran noticia:
«Dios a su Hijo envió:
es Jesucristo Salvador».
La Iglesia exulta de alegría en la celebración de la Natividad del Señor y se une al canto de alabanza de los ángeles porque Dios ha visitado a su pueblo.
Hoy ha nacido Jesucristo, Resplandor de la luz eterna, Rey de las naciones, Piedra angular de la Iglesia. Hoy ha aparecido el Salvador, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para reconciliar a los pueblos, para salvar al hombre formado del barro de la tierra.
«Hoy en Belén de Judá,
os ha nacido el Salvador».
Escuchad hermanos, una gran noticia:
«Gloria en los cielos a Dios
y en la tierra al hombre paz».
Escuchad hermanos, una gran noticia:
«Dios a su Hijo envió:
es Jesucristo Salvador».
ABRÁMOSLE LAS PUERTAS DE NUESTRA ALMA PARA QUE NAZCA EN NUESTRAS VIDAS
Hoy ha nacido Jesucristo; hoy ha aparecido el Salvador; hoy en la
tierra cantan los ángeles, se alegran los arcángeles; hoy saltan de gozo los
justos, diciendo: "Gloria a Dios en el cielo". Aleluya (Antífona
del Magnificat de las II Visp.).
La Iglesia exulta de alegría en la celebración de la Natividad del Señor y se une al canto de alabanza de los ángeles porque Dios ha visitado a su pueblo.
Hoy ha nacido Jesucristo, Resplandor de la luz eterna, Rey de las naciones, Piedra angular de la Iglesia. Hoy ha aparecido el Salvador, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para reconciliar a los pueblos, para salvar al hombre formado del barro de la tierra.
La Iglesia contempla admirada el Misterio de la Encarnación del Verbo:
El que es Dios de Dios y Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, por
obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre. La
Palabra substancial del Padre, engendrado antes del tiempo, se hizo carne y
acampó entre nosotros. Como leemos en el Cántico de la epístola a los
Filipenses, "Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su
categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de
esclavo, pasando por uno de tantos". Bajó del cielo por nosotros
los hombres y por nuestra salvación. Nos ofrece, así, la prueba del amor
del Padre y el regalo de una nuevo comienzo, la posibilidad de ser, por la
gracia, hijos de Dios.
Hoy saltan de gozo los justos; en la tierra cantan los ángeles, se alegran los arcángeles. Los pastores de Belén y la creación entera, se unen a María y a José para adorar al Niño acostado en el pesebre.
Hoy saltan de gozo los justos; en la tierra cantan los ángeles, se alegran los arcángeles. Los pastores de Belén y la creación entera, se unen a María y a José para adorar al Niño acostado en el pesebre.
Qué también nosotros lo recibamos con alegría. Abrámosle las puertas de nuestra
alma para que nazca en nuestras vidas. Pidámosle también, en la Santa Misa de
Navidad, que rejuvenezca a su Iglesia, que socorra a los débiles y consuele a
los tristes, que mire con amor a los pobres y que admita en su gloria a todos
los difuntos. Qué Él, Rey del cielo y de la tierra, nos conserve en su paz.
Amén.
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