ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOS MIGRANTES
Santísima Virgen, tú
acompañas por los caminos del mundo a los que expatrian en busca de trabajo y
de pan. Tú que conoces también el exilio, mira piadosa nuestra condición y
bendiciendo a quienes nos hospedan, vela, te rogamos, sobre todo a aquellos a
quienes la necesidad obliga a dispersarse, y a quienes la fraternidad ajena
acoge asociándolos al esfuerzo común de los propios trabajos. Tú, María, ayuda
de los cristianos, consoladora de los afligidos, sé la madre amorosa de aquel
que ha sido forjado por la suerte a vivir lejos de su patria, luchando ansiosamente
por sí y por los suyos, y que con frecuencia no encuentra cerca de sí a quien
comprenda plenamente sus penas, reanime sus fuerzas y levante con la voz de la
sangre su espíritu abatido. Confortados por tu misericordia, socorridos por tu
maternal providencia, defendidos por tu intercesión, haz, oh María, que unos y
otros, nosotros los emigrados, nuestras familias inquietas por nosotros, todos
sostenidos por la fe, la esperanza y la caridad, caminemos en el santo temor de
Dios y, sumisos a la voluntad divina, fieles a Jesucristo y a su Iglesia,
gocemos de los frutos de la justicia cristiana y merezcamos la paz en el tiempo
y la perfecta felicidad en los siglos eternos. Amén.
Pío
XII
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