Tú llamas grandes a los pequeños,
a los pobres les haces ricos y libres.
Tú, Señor, nos dices
que el primero será el último,
y que preferirás siempre
a los abandonados de la tierra.
Tú nos convences de que
el que perdona es el más sabio
y que el perdonado recobrará la libertad
Tú nos recuerdas
que al que sabe mucho no le enseñarás,
y al sencillo, que sabe poco,
le contarás tu secreto.
Tú nos enseñas
que el que tenga poco será más libre,
y el apegado a sus cosas
vivirá preso de ellas.
Dices que para ganar la vida
hay que perderla
y que para triunfar
hay que ser pequeño.
Los niños, que no cuenta,
son tus preferidos
y los lisiados y tullidos tu predilección.
Para Ti no cuentan las grandes
heroicidades,
sino los pequeños gestos
de solidaridad.
Tú nos mides con un rasero extraño,
que mira el corazón en todo nuestro hacer.
Tú vienes a poner nuestra vida
boca abajo,
inviertes nuestros valores,
cambias nuestra existencia
nos llenas de tus sueños
para cambiar el mundo con Amor.
Mari Patxi Ayerra
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