Santiago vino a contarnos
quién eras,
vino tu Apóstol Santiago,
uno de los tuyos, sencillo, como todos,
a demostrar que Tú eres nuestro tesoro
y nosotros, somos como vasijas de barro.
La tradición dice que vino a nosotros,
pero en este momento de la historia,
son pocos los que te siguen, Señor,
porque han descubierto otros dioses.
Queremos que te alaben todos los pueblos
y te disfrute cada persona,
pero son demasiados los que viven sin Ti,
y otros tienen una religión rutinaria y vacía.
Impulsa nuestra fe, Santiago Apóstol,
conviértenos a Dios a tanta gente
que anda dispersa o renegada
y no le satisface el Dios que le contamos.
Señor, envía tu Espíritu
sobre nuestro país y nuestra gente,
que nadie viva sin Ti, sin comunidad,
sal al encuentro de tus hijos, Señor.
Mari Patxi Ayerra,
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